SUEÑO
Si vivo en mí,
cuando la aurora
corre en su carro
al cielo que ha nacido
y sin estrellas veo
el abismo, tras la lluvia,
cierro mis ojos… Sin
querer, suspiro
y siento que la
noche no ha pasado
entre convulso
aliento que me mata.
Si, muerto en ti,
al cielo me abandono
para tomar
estrellas en mis manos,
abro los ojos y veo
una guirnalda
colgada de tu
cuello, y tú me dices:
No corras más,
espera… Por ti vivo,
que has de volar
sin viento al cielo
y en mi huerto
sembrar en Primavera
rojas, de luz, mil
rosas sin espinas,
que anuncien la
llegada de tu vida
para vivir en mí y
yo ser tuya dulcemente…
Que así desde lo
eterno siempre ha sido.