viernes, 23 de octubre de 2020

¡MALDITOS!


 

 

 MALDITOS


Entre gráves temblores, silba el viento
y en el cristal azota el aguacero
al tiempo que se hunde el mundo entero
entre asco y dolor, miedo y lamento.

No importa lo que sé... Es lo que siento
lo que hiere mi ser. Mas lo que espero
ha de helar de raíz lo que no quiero
y hacer de la verdad sólo un momento.

¡Malditos los que siempre el bien maldicen
y el odio siembran a raudales duro!
Aquéllos que en la sombra siempre dicen

que luchan por el bien siendo el mal puro...
¡Que nunca más al otro tiranicen
ni alcance en el rencor su pecho oscuro!


 

Madrid, 22 de Otubre de 2020

 

 

Luis Madrigal


 https://youtu.be/tfpqKPsAjAM

 

El enlace precedente, conduce a la canción “Libre” de Nino Bravo, que está inspirada en la historia de Peter Fechter, un jovencito de poco más de 18 años, “casi veinte”, que fue el primer alemán que intentó saltar en 1962 el recién estrenado muro de Berlín. Llegó al muro acompañado de un amigo, Helmut Kubelik, que por suerte si llegó a rebasarlo, pero Peter, una vez que “extendió sus alas” y se encaramó al mismo, recibió el alto de los soldados soviéticos. Como dice la canción “marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó” y de esta manera, al no ser atendido el alto, dispararon sobre el joven que fue alcanzado por varios disparos y cayó del muro en lo que se denominaba “zona de nadie”. Allí quedó tendido a la vista de todo el mundo, ciudadanos, periodistas y militares, pidiendo auxilio mientras se desangraba a borbotones, sin poder moverse por la seriedad de las heridas, y sin nadie que se atreviera a recogerlo. Los occidentales tenían miedo de recibir disparos en aquella nueva situación y tan solo se atrevieron a lanzarle un botiquín, que de nada sirvió a un Peter Fechter casi moribundo y a cada minuto con menos vida. Los rusos a los que pertenecía la zona muerta aguardaron unos interminables 50 minutos de agonía del joven hasta que procedieron a recogerlo. El pueblo berlinés que presenciaba la escena gritaba a ambos bandos que remediaran la muerte de aquel jovencito, pero nadie hizo nada, incluso las fuerzas occidentales impidieron que ningún civil acudiera a ayudarlo. Al final, en el lugar del suceso solo quedaron flores que fueron lanzadas por los indignados berlineses. No sería el último en morir en el muro, aun vendrían 260 más. El último fallecido de esta larga lista fue Chris Gueffroy, en 1989, que curiosamente tenía tambien veinte años… Hoy en día hay un monumento en el lugar en el que cayó Peter y también hay una canción cuya letra viene bien releer desde esta nueva óptica. Nino Bravo la escribió tras la impresión que le provocaron las imágenes que del suceso publicó la prensa mundial. La canción que todos hemos canturreado alguna vez decía: "Tiene casi veinte años y ya está cansado de soñar; pero tras la frontera está su hogar, su mundo y su ciudad. Piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal algo que nunca puede detener sus ansias de volar. Libre, como el sol cuando amanece yo soy libre, como el mar. Libre, como el ave que escapó de su prisión y puede al fin volar. Libre, como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, camino sin cesar, detrás de la verdad, y sabré lo que es al fin la libertad. Con su amor por bandera se marchó cantando una canción; marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó y tendido en el suelo se quedó, sonriendo y sin hablar; sobre su pecho, flores carmesí brotaban sin cesar.

 

 Malditos los que se alegran por los aplausos de sus enemigos. Sólo su ambición le empuja a caer en esta estupidez. ESPAÑOLES: VOTAD A VOX