martes, 19 de marzo de 2013

NO ES DE ORO...



ESTE HOMBRE NO LO NECESITA, LO LLEVA DENTRO

Según ya habían informado fuentes vaticanas, el anillo del pescador, usado por los pontífices y que ya usa el Papa Francisco desde la misma mañana del día de hoy 19 de Marzo, minutos antes de iniciarse la celebración de la Eucaristía de inauguración de su pontificado, no es de oro. Así lo indicó el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, quien dijo que el "anillo del pescador" se llama así porque San Pedro era efectivamente un pescador y Jesús lo convirtió en pescador de hombres. Y, ciertamente, los anillos de oro no parecen precisamente propios de los pescadores, sobre todos de los mariscadores gallegos, a quienes faltan varias falanges de sus dedos, porque se las han segado las afiladas rocas de la Costa da Morte, donde las olas del Atlántico baten con especial furia, y los exquisitos percebes subliman su sabor, para que puedan después gozar de él únicamente los muy ricos. Pero, esta vez, no. El anillo, por otra parte, recoge precisamente la figura del Apóstol Pedro, con sus llaves.

El material del que está hecho es plata dorada, porque tampoco se puede ignorar la misión sagrada de este Pescador de hombres. Por ello, es obra de un importante artista italiano llamado Enrico Manfrini, que ya ha hecho diversas obras de arte sacro. El modelo fue presentado al Papa por parte del maestro de ceremonias pontificias, quien ofreció otras dos posibilidades al Santo Padre para su confección.

Esta es otra muestra de la sencillez del Pontífice que el día de su elección se presentó en el balcón de la loggia, ante una abarrotada Plaza de San Pedro, con la cruz pectoral de hierro que utilizaba como Arzobispo y, según testimonio particular de algún televidente miope, “con aire de desconcierto, perplejo, como perdido, sin norte, confuso… El colmo de lo inaudito.” Tampoco usó la mozzeta, que no es, como se ha dicho, la gran estola bordada de color rojo, sino una capa corta que cubre los hombros hasta el codo y se abotona sobre el pecho. Todo un verdadero modelo de actualidad. El Papa  -hasta ahora los papas-  han utilizado hasta cinco versiones de muceta, para emplear el término castellano: La de verano, que es de raso rojo; la de invierno, que es de terciopelo rojo con adornos de blanco armiño piel; la sarga roja muceta, que se usaba durante las misas por los difuntos; el rojo vestido de muceta, que se usaba durante la Cuaresma y el Adviento y la muceta pascual, que es blanco de damasco de seda con adornos de piel blanca. La muceta pascual se usaba  -me he permitido utilizar ya el pretérito- sólo durante el tiempo pascual. Del hecho tan “grave”, que el nuevo Papa hubiese prescindido de esta vestimenta, u otros símbolos similares como el palio-estolón, habiendo comparecido en el balcón de la loggia de San Pedro como si estuviese “en camiseta”, se lamentaba un ilustre integrista -pretendidamente ilustre-  de cuyo Blog yo mantengo el correspondiente enlace, como podrá apreciarse. Lo mantengo, no porque yo sea “filatélico” como dice serlo él (últimamente, también es numismático), ni mucho menos, sino porque quiero saber hasta donde pueden llegar estos señores tan retrógrados y también, de paso, para aprender todo el ridículo anecdotario de pequeñeces y de expresiones latinas propias de abad de monasterio medieval. Se le olvidó decir a este señor, al que, parece ser, ninguno de los tres últimos papas ha sido de su gusto, que el pectoral era de hierro, y el mismo que usaba como Cardenal-Arzobispo de Buenos Aires. ¿No será quizá que el nuevo Papa también quiere prescindir, y que ello perdure para siempre, de tantos “adornos” y de tanto boato, que nada pueden tener que ver con la pobreza y la humildad de Jesús de Nazaret, sino con la soberbia y la vanidad de los hombres? Por cierto, ya hace tiempo que desaparecieron la tiara y la silla gestatoria. Tendré que preguntar a mi “vecino” si acaso es rigurosamente necesario volver a ellas, aunque, de persistir él en sus antiguallas, latinajos y “añoranzas del pasado”, lo más probable es que deje de serlo. Con vecinos así, nunca puedo uno sentirse seguro y en paz en casa.


Luis Madrigal