jueves, 4 de diciembre de 2008

MORIR DE AMOR


Tantas noches sufriendo la agonía
que, el que por ti se muere, ya sin vida,
de tus serenos labios la bebida
quiere encontrar, cual nectar y ambrosía.


No mata el desamor... Sí, la apatía.

Sin tropezar, propicia la caída;
al caer de la tarde, urde la huída
como en el mar se hunde una almadía.

Yo, quiero más vivir que -agonizante-
morir sin ti, sin verme en tu mirada.
Prefiero aquí sufrir y, aun delirante,

tomar tu mano y verte enamorada,

si no de él, de otro aunque -distante-
perezca en ti el recuerdo en la alborada.

Alphonso CARBAJAL

A Alicia María Abatilli, en su constante y casi eterna agonía.