jueves, 22 de abril de 2010

LA CANCIÓN DE LA TIERRA



EL LLANTO DE UN RÍO

¿Llorará hoy aquel Río...
que ayer reía...?
Creía que su agua
siempre iba al Mar,
que no mojaba, ni mojaría,
sino Riberas de su misma alma,
con la misma canción...
Pensaba que su agua
era la risa,
que florecía,
Mayo tras Mayo, alegre,
y con la brisa
que de las blancas cumbres
baja deprisa...




Un día aciago  -malo-
un mala Villa,
infame torció el cauce.
Se fue ligero,
en estúpido alarde,
vil, traicionero,
a regar otras tierras,
secas, valdías,
fuera de aquel solar de viejos álamos
y de Alamedas,
que sus Sotos, tan verdes,
sus aguas vieran.




¡Ay, pobre Río Bernesga...
pobre Ribera...!
Si mis ojos los vieran,
me moriría...
Si los viera Quevedo,
que allí los viera...
se indignaría.
Si mis ojos los vieran...
por más  pudiera,
nada quisieran.



Luis Madrigal