A ESAS MANOS
Esas manos que, suaves, acarician
las cuentas de un rosario hecho de flora,
la celestial mansión tocan ya ahora
y, sin dejar la Tierra, el Cielo auspician.
Sólo la luz, la paz -sin más- codician.
Cuando al final la noche se hace aurora
y del Amor su historia se enamora,
esas manos de amor, amor propician.
Bellas manos ayer, hoy de aceituna,
manos con fuerza, impulsos que mecieron,
entre besos y llantos, una cuna.
Deseos e ilusiones que murieron
para que en otros nazca la fortuna,
la dicha... Y la alegría que ellos fueron.
Luis Madrigal
Fotografía:
Alicia María Abatilli
Córdoba (Argentina)