VIVIRÉ AL FIN, SI SÓLO EXISTO
“Ya
no soy yo quien vive,
Sino
Cristo quien vive en mí”
(San
Pablo, a los Gálatas, 2, 20)
En donde nada hay, nada se
tiene,
ni nada puede ser donde no
es nada,
ningún morador cabe sin
morada
y sólo llega un día lo que
adviene.
Nadie se cae si otro le
sostiene,
ni, sin daño que hiera,
alma dañada.
O, sin el dulce amor,
enamorada,
ni dicha o alegría que le
apene.
Así, algún día veré lo
nunca visto
si dejo de vivir, ser yo el
que siente
y vivo ya sin mí, entre lo
que avisto.
Seré al fin más, sin más, si
lo resisto
y dejo de ser yo, contra
corriente.
No soy. Dios es en mí. Yo,
sólo existo.
Luis
Madrigal