HASTA LA LUNA SANGRA
Aquellas noches tan claras
que entonaron canciones hasta el alba
y contemplaron quietas las estrellas,
se fueron ya por siempre. Ya no cantan,
o su eco no se oye en la distancia.
Fueron noches de estío, en que la luna
limpia brillaba, sin cercos y sin manchas.
Por miles, florecían las estrellas
que algún guiño amoroso me enviaban.
La Tierra, aún despierta, me esperaba,
sintiendo en mis entrañas el anhelo
de abundante cosecha y luz dorada.
Ya, aquellas noches no encuentro en esta Noche
tan negra y sin canciondes, que no pasa.
En esta oscura noche cenicienta,
en la que el uso se ha hecho robo; la iniquidad justicia;
el trigo... más cizaña...
En esta noche ímpía y miserable,
en la que el odio escupe sus vísceras más bajas.
En la que el cosmos, de nuevo ha vuelto al caos;
el juicio, a sinrazón... ¡No hay esperanza!
No brilla ya, sin luz, ninguna estrella...
El amor, se durmió... el corazón, de piedra
se convirtió de pronto...
Arrecia el Vendabal... La luna sangra.
Luis Madrigal