sábado, 7 de enero de 2017

¡BIENVENIDO... MR. TRUMP!






OTRO NUEVO PLAN

La película "Bienvenido, Mister Marshall", dirigida por Luis García Berlanga en el año 1953, constituyó sin duda una aguda crítica a la sociedad española de aquel momento. El plan económico para ayudar a los países de Europa tras la Segunda Guerra Mundial, diseñado por el Secretario de Estado norteamericano, General George Marshall, consistía en una ayuda de hasta 12.000 millones de dólares de la época y benefició a 18 países europeos. Aquel plan se orientaba casi exclusivamente a evitar la propagación del comunismo -en cuyo trámite estaba empeñada España hasta las cejas las veinticuatro horas del día, en las Ciudades y en los montes, incluida sobre todo la noche- pero paradójicamente nuestra nación quedó excluida de toda ayuda, a diferencia, por ejemplo, de Italia, que se benefició ampliamente, mientras en Roma ondeaba la bandera del Partido Comunista italiano. Veleidades de la historia, que tantas veces se contradice a sí misma, y no ya cuando ha pasado sino mientras está pasando.

En aquel amargo trance económico, España se salvó de perecer, tan sólo merced a la ayuda de nuestras naciones hermanas, Portugal y la República Argentina. La película de Berlanga, rodada en Guadalix de la Sierra, a 49 kilómetros de Madrid, cuenta las ingenuas esperanzas del pueblo español en “los americanos”, que finalmente pasan de largo mientras, en aquel primer plano picado, corren las banderitas de aclamación popular arrastradas por la corriente del río Guadalix, por cierto un afluente de otro río, el Jarama, en cuya orilla aún permanece un enorme Cementerio, con cerca de 10.000 fosas. Desde entonces, se han utilizado términos como “otro, o un nuevo Plan Marshall” para describir programas o propuestas de rescate económico a gran escala, pero en España, tal plan, siempre sonará a sarcasmo.

Un nuevo “plan” por parte de la que se dice nación más poderosa del mundo, los Estados Unidos de América, se presume y teme hoy en Europa, y muy particularmente en España, a partir del momento  -tan sólo faltan menos de quince días para ello-  de la toma de posesión, como Presidente y Comandante en Jefe de sus fuerzas armadas, del señor Donald Jonh Trump, 45º Presidente electo de aquella nación y, desde el ya inmediato día 20 de este mismo mes, Presidente efectivo y con los plenos poderes que le otorga su Constitución. Constitución conocida como “Declaración de Filadelfia”, ejemplo para el mundo de verdadera democracia. Los papanatas de los periódicos y la Radio españoles deberían tenerlo en cuenta, cuando temen y acusan a este señor de albergar los males de la caja de Pandora, que eran todos los del mundo, sin que cupiese en tal mítico recipiente alguno más, ni menos aún el menor bien. Por lo que se ve, los que no son demócratas, pese a proclamarlo tanto, son ellos. Ustedes. No creo haga falta precisar más detalladamente quiénes son "ellos", porque la deducción es muy lógica para cuantos leen los periódicos o escuchan la radio en España.

Si, como se dice y teme, su campaña para obtener la candidatura republicana a la Casa Blanca para las elecciones de 2016 -con el consiguiente triunfo electoral- ha estado caracterizada por sus propuestas de una política dura contra la emigración ilegal, además de una prohibición de la entrada de musulmanes en los Estados Unidos, no me parece ello tan malo, sino especialmente bueno, y desde luego mucho mejor para España, de poder verse aquí un pequeño reflejo de tal política. Ya era hora de que alguien pudiese defendernos y protegernos de las “invasiones pacíficas”, tras haber vertido nuestros mayores tanta sangre durante casi ocho siglos.

Por lo que respecta a Israel, a su necesidad de autodefensa y eficaz acción antiterrorista, no puede caber la menor duda de que constituye una enorme esperanza lo que, el aún Presidente electo de los Estados Unidos se vislumbra puede hacer, para mantener firme la Nueva Frontera del mundo occidental y su forma de vida.  Se lo deseo de todo corazón a la nación elegida por el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, porque no puedo ignorar que la culminación de aquel doloroso esfuerzo de sangre, también fue posible para España merced a la ayuda financiera de los españoles sefardíes, más tarde injustamente alejados de su propia patria.

Y desde luego, si entre los planes del señor Trump se incluye el mismo objetivo que pretendía el plan Marshall, bendito sea Dios, si ello es así. Y si  -de paso, o “a la que viene”-  pudiera verse libre España de cuantas repugnantes lacras hoy la sitúan al borde del peligro y la sumen en la ignominia, tendríamos los españoles que proponer urgentemente al Vaticano la canonización en vida de dicho ya beatífico señor. Al menos, este humilde español, así desea recibirle: ¡Bienvenido, Mister Trump! Que así sea.


Luis Madrigal


En medio de tanta oscuridad, propia de ultratumba, y de la quietud mortal del barco condenado a vagar siempre por los océanos del mundo, por el momento la mejor actitud a adoptar es la de los marineros noruegos que  -enfrente-  mantienen encendidas las luces de su barco y están armando una gran juerga, sin importarles un bledo si la tripulación de aquel navío fantasma trata de enviar mensajes a tierra, dirigidos a personas muertas siglos atrás.

Su belleza invita en la ocasión  a escuchar la música de Richard Wagner, en aquel Coro inolvidable de la Ópera "El holandés errante"