miércoles, 5 de mayo de 2010

BUSCANDO SU CAMINO



                      TE BAJARÉ UNA ESTRELLA


Mañana, cuando el rayo
encienda mil claveles
y sus colores brillen en onda cristalina,
te libraré del frío y de las hojas muertas,
presagio de la sombra, en fantasmal espectro.
Por ti, abriré mis ojos,
para que veas el manto
que viste a la campiña,
verde, como esmeralda, plagado de alhelíes
y dulces margaritas
de corazón de oro y pétalos de nieve.
De rosas encendidas; de sutiles jazmines;
de dalias, semejantes a tus labios de seda.
Por ti, oiré el susurro del viento, que suspira
tu recuerdo cercano, que tan lejos habita,
y aquel canto que deja el mirlo en la alameda.
Por ti, estaré esperando
a que salga la luna
y las estrellas brillen con su vientre de plata,
para verte en aquella que siempre al Sur camina,
envuelta en el misterio que guardas en tu pecho.
Bajo tu techo helado,
le pediré que, al verte,
deje caer un beso, entre flores dormido
que, cálido y alado,
entre tu sueño oculto, feliz y estremecido
en tus labios despierte.


Luis Madrigal