domingo, 27 de marzo de 2011

PRIMAVERA...




COMO TODAS LAS DEMÁS


Es decir, lluviosa, fría, destemplada, desapacible, cambiante, revuelta, enfermiza... ¿Algo más? Pues, sí, hay que añadir... ¡como todas! La Primavera, siempre es así, o casi siempre, que yo pueda recordar.  Y ahora lo recuerdo. De ahí, el craso error de esperarla de otra manera.  Menos mal  -ya lo dije hace días-  que no he encontrado por ahí, por ninguna parte, esos "poemas", compuestos insulsa y mecánicamente por simple tradición. O por inmerecida cortesía hacia una estación del año que nunca ha sido otra cosa. Sólo algunos "poetas", y en España "El Corte Inglés", entidad mercantil nada poética, se han empeñado en adorarla como a una diosa; como si se tratase de alguna de las Nueve Musas clásicas  -necesariamente Erato más que Calíope, pese a que debería ser al revés-  y aunque esto de las Musas es un lío de mucho cuidado sobre el que nadie se pone de acuerdo. Los griegos, parece ser, mostraron veneración por este mito que, en consecuencia, como todos los demás, es pura Mitología. Pero aquí, mucho más al Occidente  -cada vez menos cristiano, y mucho más musulmán-  han de considerarse aspectos lamentablemente también más prácticos y, tal vez por este motivo, apenas si se ha notado nunca, y menos aún en estos tiempos, el influjo de tales divinidades. Por lo que se refiere a lo que podríamos llamar "primera Primavera", porque Junio ya es otra cosa, los únicos que lo advierten profusamente son los sepultureros, y  por tanto las empresas funerarias, las "Pompas Fúnebres", porque el mes de Marzo (yo escribo el nombre de los meses con mayúscula, aparte de que porque me dá la gana, porque me inspiran nucho respeto, y más este que digo), es el de mayor mortalidad del año, según las estadísticas, aunque éstas superen en mendacidad a las mentiras y hasta a las "cochinas mentiras". Para un notable número de editores  y comentaristas de Blogs o Bloges, tal vez sea preciso aclarar que "mendacidad" no es lo mismo que "mendicidad", aunque tan sólo difieran en una letra, pero incluso se podría aceptar "mendicidad", severa y extrema, para expresar el concepto que trato de expresar. A pesar de todo ello, y en lo que concierne a la cursilería de escribir poemas a la Primavera, yo estaba suspirando por incurrir en ella, aunque sólo fuese para cubrir el trámite, pero está visto que tendré que esperar y, quién sabe si incluso hasta el próximo año, en el que muy probablemente volverá a suceder lo mismo. Porque, podré ser malo haciendo versos, pero lo que no soy es un hipócrita y, de ninguna manera, pienso escribir lo que no sienta. Es más, sin sentir, no es posible escribir Poesía y, desde luego, los paraguas, esos artefactos tan útiles como molestos, que siempre termino olvidando en cualquier parte,  no me hacen sentir nada. Podría "cantar" al frío, (más bien "de" ) eso sí, pero para ello ya he tenido tiempo durante todo el Invierno. El Invierno, casi parece eterno y además tengo la impresión de que me persigue sañudamente desde mi infancia. Con cuanta razón se ha dicho, precisamente de algunas ciudades de España, entre ellas de mi León natal, que, en lugar de tener cuatro, tan sólo tienen dos estaciones: El Invierno y... la del Ferrocarril. Estoy abatido. ¡Comentaristas de todos los Blog o Bloges del mundo, uníos, y acudid en mi auxilio, con alguna de vuestras animosas y consoladoras expresiones! ¿Tendré que enviaros algún correo previo para que así lo hagáis? No obstante, espero y deseo con toda mi alma, que el Otoño, allá lejos donde transcurre, sea no sólo más benigno, y placentero para los sentidos corporales, que eso lo será sin duda alguna, sino, sobre todo, para cimentar la paz y el gozo del espíritu del que habla San Pablo. Muy en especial, para dar cobijo, de forma sosegada y contemplativa, por si falta el amor, a las almas buenas que por él suspiran. Aunque para ello, tenga que producirse un milagro. Yo, rezo por ello. Luis Madrigal.-