sábado, 24 de abril de 2010

HIEROFANÍA



UNA OCTAVA REAL, AL PONERSE EL SOL

Cuando, al caer la tarde, el sol declina
y su color de fuego el cielo inflama;
cuando mi corazón, con una espina
clavada en él, arde como una llama,
ya  -alma más que sangre-  a Ti camina...
En tierra, convertida en cielo, clama
y, en un sueño feliz, rebosa calma.
Señor: Con todo amor... con toda el alma.


Luis Madrigal


HE DE VOLVER AL CAMPO



TEMORES DE LA ESPERANZA


He de volver a la dulce y feliz Arcadia,
tras el denso tumulto que oscurece el alma
y tensa los músculos y los nervios como hilos de acero...
¿Cómo estará el ciprés,
que crece cada año, lentamente,
pero apunta firme siempre al cielo?
¿Le habrá herido cruelmente el hielo,
cuando en la noche descargara su aliento?
¿Habrán roto sus brotes los rosales,
para que su aroma embriague al viento
y, junto a mil mariposas,
que batirán sus polícromas alas,
en calidoscópica filigrana y juegos de luz,
proyecten sus sinfonía cromática,
ahuyentando a las sombras?
¿Cuánto habrán rodado
las piedras del camino,
para que sus cortantes aristas
ya no hieran los pies,
sino los acaricien,
al descansar sobre ellas,
buscando anhelantes llegar al prado?
Allí, la fuente arrastra,
en torrentera sobre las rocas,
diminutas perlas que, como las lágrimas,
limpian el sudor y humedecen la brisa
que baja desde el Cerro.
¿Todo ello será allí
igual que lo fué siempre,
o tal vez, pasado un año más,
después de tantos,
también se haya agrietado y enmohecido
el propio tiempo,
estremeciendo las vísceras de temblor
y colmando el corazón de ansiedad y congoja?


Luis Madrigal




PRIMAVERA AL FIN EN MADRID

Unas cuantas veces, al menos media docena, parecía que llegaba a Madrid la Primavera. Pero, no era verdad. Otras tantas, al poco tiempo, huía a los oscuros senos invernales, como si en ellos se hubiese aposentado ya para siempre. Esta vez, yo creo que no, lo espero apasionadamente. Es posible que el sol vuelva a nublarse en algún momento, o que llueva, pero la lluvia, cálida y vaporosa, servirá para vestir aún más luminosamente a las flores. A las más sencillas, a esas humildes flores del campo, que no se siembran, ni se riegan por la mano del hombre, ni nadie las poda, pero ellas se visten, tan sólo con el sol, y con el agua del cielo, de la magnificencia con la que no pudo hacerlo ni el Rey Salomón. Madrileños todos, los de Madrid y los que andáis por el ancho mundo: Ha llegado la Primavera a Madrid. Ahora, sí. No importa lo que digan los calendarios, ni "los hombres - o "las mujeres"del tiempo". Incluso ni el propio vencejo de MAN, que ya es decir, en materia de anunciar la Primavera. Ese sabio Vencejo, anuncia la esplendorosa Primavera de MAN, que tiene que ser explosiva, pero no la mía. Mucho menos, eso en ningún caso, ese bastardo eslogan del Corte Inglés, que impúdicamente osa anticipar la Primavera, cuando lo que tan sólo le interesa es engrosar "la caja". La Primavera, tan sólo llega a mí, cuando la ven mis ojos. Y de ello, quiero dejar constancia:



¡POR FIN, LLEGÓ LA PRIMAVERA!

Una cálida ráfaga de viento,
unida al sol  -a la ilusión unida-
presagian otro año la venida
de rosas y de lilas. Y al momento,

sin rasgo ni señal del polvoriento
y pedregoso Páramo, la vida
vuelve a encontrar la risa, ayer perdida
en el lóbrego invierno ceniciento.

Ya la hiedra, en la umbría se prepara
a trepar entre musgos el granito
hasta alcanzar aquel lugar, cual ara

de amor y de piedad. Altar bendito
donde una cruz de piedra ya repara
en que subir al cielo es infinito.


Luis Madrigal







Lamento mucho la vulgaridad de la música, pero es obligado, aparte de muy hermoso. OTROSÍ DIGO: que lo mismo procede respecto al cuadro que ilustra esta entrada como primera imagen.