miércoles, 24 de octubre de 2012

AL VUELO DE UNA ABEJA



ENVUELVE ENTRE LAS FLORES MI LATIDO


Abeja, que al libar besas las flores,
detén con fe tu vuelo y, a mi vera,
acerca de sus labios miel y cera…
De su luz, la mirada y resplandores

que alumbren en mi noche… A mis dolores,
el bálsamo del alma que, a la espera
de su amor, para hallar la vida entera,
días y noches buscan mis amores.

No me dejes aquí, no me abandones
en un valle de sombras y de olvido.
Suplico, si ofendí, que me perdones

y envuelvas entre flores mi latido,
        entonando por él tristes canciones,
que muerto está de amor, y está perdido.


Luis Madrigal