EL HORIZONTE, AUN DÉBIL, SE DIVISA
Las horas, pasarán. La Vida, queda.
Al ocultarse el sol, brilla la luna,
que tiembla sobre el mar, y las estrellas
palpitan, mientras muestran el camino
que ha de abrirse al andar sobre las olas...
Enloquecidas, mansas, verdes, quietas,
al infinito en busca del destino
interminable, dócil, suave, pleno,
la nave que gobierno gime y, lenta,
su navegar prosigue, aun yo dormido.
Algunas veces, cruje, bien despierto.
No olvido la canción que ha de acunarme
mientras me alumbra el sol. El alma abierta
al murmullo del agua, que repite:
Si el viento se apagó, achica y rema,
que al horizonte, aun débil, se divisa
el oro de una playa, muy serena.
Nunca un eco tan dulce embriagó oído,
ni el ojo pudo ver, por más que viera.
Luis Madrigal