II
DESDE LEJOS, TE HUBIESE DADO EL AMOR
Tú buscabas el mar donde no hay olas,
ni algas de cristal... Ni había corales
circundando la tierra, ni había sales,
ni reflejos de luz, ni caracolas...
No buscabas el trigo entre amapolas;
el sol, en el invierno, entre cristales,
ni el Bien, para vencer todos los males...
Segundos de fulgor más que horas solas.
No me buscaste a mí, que entre mis brazos
te tuve, sin saber, desde la cuna
y te oculté a mis ojos, sin más lazos
que los que, puros, trajo ayer Fortuna...
De haberme a mí, aun hecho mil pedazos,
te hubiese dado amor, bajo la luna.
Luis Madrigal