AL CAER DE LA TARDE CAMBIA EL
VIENTO
Sonaba melodioso ayer el
viento
y ruge hoy, cual furia
desatada;
león rugiente, cuya
dentellada
llega hasta el alma
viva… Y el lamento
dentro grita también y
pone acento
de amargura y de hiel, de
cruel lanzada.
¿Dónde habita la luz
enamorada
de la luz que enamora y
el contento
del “yo” que va conmigo y que suspira
por lo que ya no es?.
Triste suspiro.
¿Dónde poner el corazón
sin ira
que lleve paz al pecho
dolorido?
Que no sabe si muere o
si delira,
aunque sí que pasó lo
que no ha sido.
Luis Madrigal