LAMENTO
El día que se fue -frío- llovía;
un hosco cielo gris amenazaba…
El viento, en su silbante eco, gemía,
cuando no, hecho fiero huracán, bramaba…
Plomiza, una cortina cubría el día
y arriba en las montañas aún nevaba.
¡¿Qué me queda, Señor, sobre este suelo
si ya, de mí, se fue todo consuelo?!
Luis Madrigal