lunes, 26 de septiembre de 2011

UN CANTO PUDOROSAMENTE SACRÍLEGO




PARA ENTRAR EN EL CIELO,
NO HACE FALTA MORIR


Soñaba antaño ser  -blanca-  una nube
para entrar en el cielo por la altura
y gozar, junto a ti, de la hermosura
de la luz celestial, como un querube.

Un copo de algodón, que sube y sube,
hasta alcanzar de amor suave ternura.
Soñaba que crecía mi andadura
y ya en el cielo había lo que hube.

Tendría que morir, dejar el suelo
sobre el que ahora camino, y sus rastrojos...
Tendría que emprender un alto vuelo

y pudrirse en la tierra mis despojos.
Mas, pronto vi que, para alzarse al cielo,
no hace falta morir... Bastan tus ojos.




Luis Madrigal