lunes, 26 de septiembre de 2011

UN CANTO PUDOROSAMENTE SACRÍLEGO




PARA ENTRAR EN EL CIELO,
NO HACE FALTA MORIR


Soñaba antaño ser  -blanca-  una nube
para entrar en el cielo por la altura
y gozar, junto a ti, de la hermosura
de la luz celestial, como un querube.

Un copo de algodón, que sube y sube,
hasta alcanzar de amor suave ternura.
Soñaba que crecía mi andadura
y ya en el cielo había lo que hube.

Tendría que morir, dejar el suelo
sobre el que ahora camino, y sus rastrojos...
Tendría que emprender un alto vuelo

y pudrirse en la tierra mis despojos.
Mas, pronto vi que, para alzarse al cielo,
no hace falta morir... Bastan tus ojos.




Luis Madrigal







2 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Luis:

Por una mirada un mundo,
por una sonrisa un cielo....

Me recordaste los versos de Bécquer, al leer tu soneto tan bonito.

Gracias por visitarme y por el comentario tan alentador.

Un abrazo.

Francisca Quintana Vega dijo...

¡Qué bien viene leer un soneto de vez en cuando...y de calidad!Por mucho que evolucione la poesía...un soneto...es un soneto. Y si está bien hecho pues es el poema rey.
Saludos. Buen día.