Deseo formular una declaración, tan sincera, como incapacitante. Soy todo un desastre en esto de la Informática y, muy en particular, en este mundo de los Blog. ¡Cuánto admiro y envido a quiénes saben manejar todo este tinglado de artilugios...! Últimamente -hoy mismo- he vuelto a jugar a la ruleta rusa, embarcándome, con riesgo casi de la vida (de la recuperación de este odioso sistema llamado Windows, en cualquiera de sus modalidades y satánicas versiones) en la utilización de diversas, creo que se llaman "aplicaciones", o "programas", o algo así. Yo, simplemente, lo he oído decir a otros, que, no sé si saben mucho más que yo, pero así lo dicen. Por ello, tampoco he tenido ocasión de sondearlos. El caso es, que, esta misma tarde, como nadie podía acordarse de mí, he estado jugando (al indicado precio ya dicho) con algunas de esas "aplicaciones". Entre ellas, un pequeño "aparato de radio". Durante mi infancia, en León, años 40, tan sólo pude disponer de un artefacto enorme (de tamaño), al que una de mis más queridas hermanas -ya hace mucho que no está conmigo- confeccionó una funda (creo haber oído que de una tela llamada "moaré", perdonen los odiosos franchutes por la escritura, pero se pronunciaba así), de color gris azulado, sobre la que bordó, a punto de cruz, la imágen de un violinista. Lo recuerdo muy bien. A la funda, desde luego, pero sobre todo a ella, a quien la bordó. Y eso es casi todo lo que después, yo he sabido de los receptores de radio. En cambio, hoy me he encontrado con el que, si Ustedes se toman la molestia -si os la tomaís, mis amigos más queridos- podrán y podréis encontrar al final de la columna de la derecha de este Blog. Inmediatamente debajo de donde dice: "Archivo del Blog". Pues, ahí..¡ No os asustéis...! No muerde, pero entra en funcionamiento al abrirse el Blog. Por ello, si os molesta para hurgar en él (no lo creo, porque casi nadie debe hurgar nunca nada ), no tenéis más que pulsar sobre el "botón" de paro (stop, en inglés), ese cuadradito que se observa en el ángulo superior derecha del artefacto, y... listo. Eso sí, también podréis oír la radio, a través de este artilugio, pero nada de música de verdad. Casi todo son ruidos, propios de la época, Ya sabeis que la Música del siglo XX no existe, porque no existió nunca. No el siglo, que ese por desgracia sí existió, sino la Música. Así que, qué no decir de esta monserga del siglo XXI. Y no termina todo con "la música". Envidiando yo lo visto en otros Blogs, o Bloges, muy en particular en esa maravilla del que tiene mi querida amiga argentina, Alicia Maria Abatilli ("EN EL PAÍS DE ALICIA MARÍA" : http://www.enelpaisdealiciamaria.blogspot.com/) al que sólo ella misma, en sí -esto es, intrínsecamente- puede superar en belleza, quise también, más o menos como Adán y Eva, "ser como Dios" y traté de utilizar otro complicado y peligroso instrumento, llamado "Slide", o algo así. Los resultados, hasta quizá puedan observarse, al final del Blog... ¡Lo malo es que, insensatamente, he hecho objeto del disparate nada menos que a la Plaza de Toros Monumental de Madrid...! Cúchares, Pedro Romero, Lagartijo, el Guerra (el político no, o sea "miemmano", que ese era analfabeto, simple lector de las cubiertas de los libros que vendía en Sevilla), sino el otro, el gran Guerra, que pese a recibir de Lagartijo la primera lección en lo alto de la Sierra (de la Sierra de Córdoba, ¡ay Córdoba!, ¡Cordobita la llana!), fue un torero simbólico y de antologías... Y Joselito y Belmonte, Manolete y Arruza... Y ahora, Enrique Ponce, ese valenciano de Chiva, que tiene magia en su capote y... en su muleta, digan lo que digan en Madrid los del Tendido 7. Se me olvidaba, ¡perdón a los antitaurinos, perdón! Pero, yo lo que tan sólo quería decir es que esto de la Informática y de los Blog, no es lo mío. ¿Algún voluntario quisiera des-asnarme? Preferiblemente, voluntaria. Y, a ser posible de Córdoba... Luis Madrigal.-
sábado, 17 de enero de 2009
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