BESA ESA FRENTE, HIJO
A todos los hijos de todas las
madres
del mundo y del tiempo
Besa esa mano, hijo,
que ferviente
te acogió en su
regazo y en su nido
y mil noches, con
gesto dolorido,
se posó con temblor
sobre tu frente.
No dejes que, en la
vida, la corriente
del tiempo al
transcurrir siembre el olvido,
pues desamor en pecho
tan querido
será muerte de amor
que fue simiente.
Besa su frente, hijo,
date prisa
que, con los labios,
besas en tu alma
al besar tu dolor y
tu sonrisa.
Que besas a la vez amor
y calma.
Del invierno calor,
del calor brisa
y mano de tu frente
suave palma.
Luis Madrigal
Madrid, 1 de Mayo de 1995
1 comentario:
Un soneto sentido y precioso a la indisoluble relacción madre me hijo.
Gracias y buena tarde de sábado. María
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