martes, 14 de mayo de 2024

DOS EN UNO Y EL MISMO

 

BUSCABA SIN BUSCAR A DIOS

 

I

 

Buscaba sin buscar y no encontraba

la raíz, la verdad, la fe y la esperanza.

Miraba sin mirar en lontananza…

Sin ojear dentro un soplo… Nada hallaba.

             

Buscaba al Dios del cielo… Allí no estaba.

Ni en la torre que se alza como lanza

o en la nube, en día de bonanza.

Quizá en otro  -que no era yo-  pensaba.

 

Al fin un pobre, roto y aterido,

lleno de angustia, hasta el fondo de su alma,

llegó hasta mí el día más querido.

 

Si que le has visto, me dijo, entristecido,

muchas veces -como ahora a mí- con calma.

Pero, entre el ruido, no le has reconocido.

 

Luis Madrigal

 

 

A mi buen amigo camerunés y hermano en la Fe,

MARTIAL EKWA VALERY, que quiere llamarse “Paco”




II

 

BUSCABA A SIN BUSCAR A DIOS

 

Quería ver a Dios y no podía

como a cualquier humano que pasaba

caminando a mi lado, y que sufría

como sufro, sin paz que no alcanzaba.

 

Un día, llegó a mí un hombre. Venía

de lejos, sin papeles, y buscaba

el pan, el bienestar, la melodía…

Le acogí con amor. Tal como estaba.

 

Había cruzado el Sahara, temido;

visto las huellas de Jesús, grabadas

sobre piedra, me dijo, muy afligido.

 

Le dije: Yo no he visto a Dios. Se ha ido.

Replicó: ¡Le has visto tantas veces! ¡Alabadas!

Mas, entre el ruido, no le has reconocido.

 

 

Luis Madrigal

 

A mi buen amigo y hermano en la Fe,

MARTTIAL EKWA VALERY,

que quiere llamarse “Paco”