El personaje de ambos retratos es el mismo: El Rey Carlos IV de España, aquel funesto monarca, cuyo valido se llamó Manuel Godoy, y padre, para mayor desgracia suya y de España, de su odioso sucesor, el traidor y felón Fernando VII.
Pese a la aparente igualdad de su tamaño, el primero de los cuadros (de arriba a abajo), podría considerarse casi una miniatura, porque su tamaño es el de 15,5 x 11,4 cm. Está pintado el óleo sobre lienzo y se conserva en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes, de Madrid. Su autor es el zaragozano Francisco Bayeu y Subías. Bayeu, no fue un mal pintor. Nacido en 1734, en Zaragoza, dió sus primeros pasos en el barroco español, siendo discípulo de Mengs y Director de la Real Academia de San Fernando. El cuadro de referencia, fue pintado en el año 1790, tan sólo cinco años antes de su muerte, en 1795.
El segundo de los cuadros (el de abajo), pese a parecer hasta más pequeño, es mucho más grande de tamaño, porque mide 203 x 137 cm. También es un óleo sobre lienzo y se exhibe en el Museo del Prado, también de Madrid, como es bien sabido. Su autor era cuñado de Bayeu, por haberse casado con su hermana Josefa, su nombre también era el de Francisco, y asi mismo era aragonés, pero su valor pictórico y su fama no pueden compararse: Se llamaba Francisco de Goya y Lucientes, y aunque no nació en la Capital de la Provincia, sino en un pueblo de la misma (Fuendetodos), su fama es universal, y su arte, para algunos superior incluso al de Velázquez, a quién él admiraba tanto, porque, se ha dicho, que si Velázquez conduce a la fotografía en color, Goya es el introductor e inspirador de los impresionistas franceses. En cualquier caso, ustedes, amigos lectores de este humilde Blog, podrán juzgar a su libre criterio, en lo que se refiere a uno y otro de los retratos que aquí hoy se publican. Goya, como también es bien sabido, fue nombrado Pintor de Cámara por Carlos III, a quien retrató también diversas veces y, en 1799, fue nombrado Primer Pintor de Cámara, recogiendo la triste etapa de su hijo, el referido Carlos IV, a quien asismismo retrató en diversas ocasiones y posturas, incluídos los retratos ecuestres, y a quien finalmente vió, en unión de toda su familia, con la honestidad y honradez hasta ese momento impropias de un Pintor de Cámara, retratándolos tal y como eran y como él los veía, sin la menor concesión a la idealización. De ello es prueba bien patente el cuadro que también aquí se publica, por último, cuyo título es "La Familia de Carlos IV". En cuanto a los dos retratos individuales que le preceden, como es lógico, ambos llevan el mismo título: "Carlos IV". Que ustedes lo disfruten. Los españoles de aquella época, tuvieron que sufrirlo en sus propias carnes. Luis Madrigal.-
Pese a la aparente igualdad de su tamaño, el primero de los cuadros (de arriba a abajo), podría considerarse casi una miniatura, porque su tamaño es el de 15,5 x 11,4 cm. Está pintado el óleo sobre lienzo y se conserva en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes, de Madrid. Su autor es el zaragozano Francisco Bayeu y Subías. Bayeu, no fue un mal pintor. Nacido en 1734, en Zaragoza, dió sus primeros pasos en el barroco español, siendo discípulo de Mengs y Director de la Real Academia de San Fernando. El cuadro de referencia, fue pintado en el año 1790, tan sólo cinco años antes de su muerte, en 1795.
El segundo de los cuadros (el de abajo), pese a parecer hasta más pequeño, es mucho más grande de tamaño, porque mide 203 x 137 cm. También es un óleo sobre lienzo y se exhibe en el Museo del Prado, también de Madrid, como es bien sabido. Su autor era cuñado de Bayeu, por haberse casado con su hermana Josefa, su nombre también era el de Francisco, y asi mismo era aragonés, pero su valor pictórico y su fama no pueden compararse: Se llamaba Francisco de Goya y Lucientes, y aunque no nació en la Capital de la Provincia, sino en un pueblo de la misma (Fuendetodos), su fama es universal, y su arte, para algunos superior incluso al de Velázquez, a quién él admiraba tanto, porque, se ha dicho, que si Velázquez conduce a la fotografía en color, Goya es el introductor e inspirador de los impresionistas franceses. En cualquier caso, ustedes, amigos lectores de este humilde Blog, podrán juzgar a su libre criterio, en lo que se refiere a uno y otro de los retratos que aquí hoy se publican. Goya, como también es bien sabido, fue nombrado Pintor de Cámara por Carlos III, a quien retrató también diversas veces y, en 1799, fue nombrado Primer Pintor de Cámara, recogiendo la triste etapa de su hijo, el referido Carlos IV, a quien asismismo retrató en diversas ocasiones y posturas, incluídos los retratos ecuestres, y a quien finalmente vió, en unión de toda su familia, con la honestidad y honradez hasta ese momento impropias de un Pintor de Cámara, retratándolos tal y como eran y como él los veía, sin la menor concesión a la idealización. De ello es prueba bien patente el cuadro que también aquí se publica, por último, cuyo título es "La Familia de Carlos IV". En cuanto a los dos retratos individuales que le preceden, como es lógico, ambos llevan el mismo título: "Carlos IV". Que ustedes lo disfruten. Los españoles de aquella época, tuvieron que sufrirlo en sus propias carnes. Luis Madrigal.-
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