miércoles, 17 de junio de 2009
TRISTEZA
TRISTEZA QUE NO CABE
No cabe ni en el alma, la tristeza,
que es la suma cabida del doliente
paso que se apaga...
No puedo con palabras, ni sin ellas,
aproximar un eco, ni un suspiro,
a aquella vela que ayer vi que lucía,
aún triste y soñolienta...
Su guiño inquieto, lucha y gime,
cual tintineo de campana muda
que tañe sin cesar y siente
la esperanza pasada, como mano
que se aferra a soporte en el vacío.
El sueño se despierta... Y la corriente
de un Río caudaloso, que no fue, se lleva su cadáver
marchito y macilento, hacia un futuro inerte.
El futuro, fue ayer... Hoy, es presente.
Luis Madrigal
La música, la pone Franz Schubert, con la inestimable cooperación de Mstislav Rostropovitch y Benjamin Britten, al interpretar el Adagio de la Sonata D821, para Cello y Piano
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4 comentarios:
Bella música que acompaña mi presente.
Un abrazo, Luis.
Alicia
Alicia: Esta música tan bella es también muy triste. Te deseo que puedas acompañar tu presente por otra más alegre y feliz. Un beso. Luis.-
Querido Luis paso para desearte un buen fin de semana...a veces la tristeza no es bienvenida...pero ella es necesaria para poder discernir y reconocer los momentos lindos y felices...sólo hay que dejarla que pase...y se vaya prontito.
También te extrañé Luis. Ya volvemos otra vez a disfrutar este maravilloso mundo de la Letras.
Cariños para tí de Mariana
Muchas gracias, Mariana. También te recuerdo siempre con cariño. La tristeza, en sí misma, sin duda es un mal, pero sin ella, no podría existir el recuerdo de los momentos felices, que ya pasaron. Es una especie de resistencia al olvido. Pero tienes razón: Hay que establecer un cierto equilibrio, de sano relativismo. Besos a tus nietecitos y también para ti. Luis
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