sábado, 3 de abril de 2010

SÁBADO SANTO (I)



SOLEDAD LUMINOSA


 Se alzan al cielo clamores 
y del cielo bajan claras
voces que la tierra llenan
de ecos y de Esperanza.
Expira un Cristo que muere,
entre pechos con medallas
que Buena Muerte juraron
al fragor de la batalla.
Camina una Virgen Sola,
balanceándose salva,
que una Salve marinera,
henchida de espuma blanca,
cual nave varada en cielo,
arrumba a Ella sus alas.
Ya, entre los cirios, la sombra
se tornó en luz... No se apaga.
Pálidas, son sus mejillas
y de plata son dos lágrimas
que, sin par, y sin recato,
por ellas al par resbalan.
Un costalero, de pronto,
con su cayado apuntala
el madero que sostiene
tanta Soledad callada.
Vuelve a sonar la trompeta,
el timbal y la carraca,
y una esquila y un clarín.
La saeta, corta el aire...
De la reja que, en los días
de sol brillante, brillaba,
un rayo puro de Luna
el duro hierro besaba.

                                                         Alphonso Carbajal

A Málaga, a su Semana Santa.,
y a la novelista granadina, Mercedes Pinto, afincada 
en la malagueña Alhaurin de la Torre






2 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Hermoso poema, Luis. Me ha hecho pensar... No quiero ni imaginar lo que Esa Madre sufrió.
Un abrazo.

Luis Madrigal Tascón dijo...

Mercedes, seguro que no has reparado en la dedicatioria de mi buen amigo Alphonso Carbajal. Aunque no vives en Málaga capital, y además eres granadina, yo le pedí que te dedicase esa estampa, tan singularmente propia de la Capital de Málaga, que él vivió "in situ" hace unos años. Seguro que también en Alhaurín de la Torre, se habla de Mena. Un abrazo. Luis.-