domingo, 25 de abril de 2010

UNIDAD EN LA DISTANCIA



MI ANHELO VOLARÁ...

Cuando el sudor y el agua
en mí se unan
y en mis brazos dejen sin voz mi esfuerzo...
Cuando impulsado a veces por el viento,
un surco nuevo se abra al horizonte,
mi anhelo volará tras la Montaña
hasta alcanzar, lleno de luz, el cielo.
Entonces, será grande mi consuelo
al encontrarte entre una nube blanca...
Doradas tus mejillas, a tus labios rojos
no alcanzará la sed, ni ya una lágrima
habitará nunca en tus ojos.
Y, en un breve segundo, la distancia
que entre mares y montes nos separa,
se estrechará, haciéndose la nada
y ya, en un sólo ser, seremos todo.



Luis Madrigal


9 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Aquí estoy, disfrutando de la hermosa literatura que inunda tu casa. Buen poema.
Un abrazo.

Luis Madrigal Tascón dijo...

Muchas gracias, Mercedes. Como verás, parece ser que tengo muy pocos lectores, pero eso sí, de muy alta calidad literaria. Tú eres una de ellos y además, casi siempre la primera. Comparé todas tus novelas. Es lo menos que peuedo hacer. Un beso.

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

Y ya en un solo ser seremos todo.

Muy bonito tu poema, muy sentido y lleno de luz.
Un abrazo desde mi librillo.

Luis Madrigal Tascón dijo...

Muchas gracias, Rosario. No es un "librillo", es un verdadero y sabio libro. Mi cariñoso saludo

Pluma Roja dijo...

Un poema precioso. Sentido y lleno de belleza.

Saludos cordiales,

besos,

Aída

TOÑI dijo...

Es precioso,el final parece escrito para mi(ya se que no).Pero es lo que yo siento desde el fondo de mi alma,en el mismo momento que mi marido dejo la vida terrenal,para pasar a la eterna,a la verdadera.

Luis Madrigal Tascón dijo...

Gracias, Aída, eres muy anmable.

Toñi: ¿Cómo puedes saber que no está escrito para ti? No es necesario conocer a las personas, para pensar en las situaciones en que, cualquiera de ellas, pueda encontrarse. No dudes, ni por un segundo, de que asi te encontará tu marido, y tú a él, cuando la Vida ya no pueda tener fin. Un beso. Ánimo.

Man dijo...

Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios - con - ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado."

Entonces dijo el que está sentado en el trono: "Mira que hago un mundo nuevo." Y añadió: "Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas."

(Ap.21,1-5)

Un abrazo

Luis Madrigal Tascón dijo...

Sí, querido MAN. ¡Ojalá también oostrpos podamos entrar y ver la Nueva Jerusalem!. Ojalá. Para ello, confiamos en la Misericordia infinita de nuestro Dios. Un abrazo, hermano. Luis.-