PALABRA QUE ME ALCANZA Y NADA DICE
¿Qué puedo hacer...?
Si, envuelto en el más íntimo silencio
y profundo sentir, el verbo exhala
tanto latir ajeno, que se pierde
en el limbo del ser ...
Parece que existiera -carne y cielo-
mas sólo es una sombra que aletea
y se extiende, tan lejos, -dentro de mí-
que me arrebata del suelo en el que habito;
del aire que respiro y, al pasar, se queja
de tan brusco pisar sobre mi alma.
A veces, cual relámpago en la noche,
cual Arco Iris cuando la nube pasa,
surge y hace brillar el cielo,
resplandece de pronto en mi ventana...
Pero al poco se va, nunca se queda,
y vuelvo a la tiniebla y a la náusea
del suspiro que no cabe en el pecho
y, sin caber en él, hiela la brasa.
Otras, espera... Mas, sin limite que pueda
perforar el silencio, con taladro de plata...
Y vuelvo a la modorra, que el sopor alienta,
en oscura penumbra, cual la planta...
Dame, Señor, la luz, dame la fuerza
de oír y de escuchar esa palabra
que todo dice, Señor, cuando aparece...
¡Sin decir nada, Señor, sin decir nada!
Luis Madrigal
9 comentarios:
Excelente.
"Sin decir nada...."
Que bien lo graficas, Luis.
Un abrazo.
Un poema de aliento místico, estimado Luis. Y es precioso, certero y preciso.
Te diré que me hechizan los místicos castellanos y mi poeta favorito es San Juan de la Cruz.
Gracias, me ha llegado mucho.
Un abrazo.
Bello.
Saludos cordiales,
Aída
Ni te imagina cómo me he identificado con este poema. Cuántas veces he necesitado, necesito y necesitaré de esa palabra que parece no llegar, esa que me reconcilia con el mundo. ¡Hay tanto ruido a nuestro alrededor!, ¡tanta distracción!
Hermosa reflexión.
Un abrazo.
Palabras siempre hermosas…
Bsos
Sí,esa es mi situación actual amigo Luis, que necesito que me diga algo aunque sea sin decir nada.
Muchs gracias a todos, queridos amigos, Gaucho, Isabel,Aída,Mercedes, Ginebra, Man. Gracias a todos, pero a ti querido Man, sólo un consejo: No tienes que hacer nada. Sólo esperar. Un abrazo, amigos. Luis.-
¡Hola Luis!
A veces, solo a veces, lo que tiene que ser... Es.
Saludos de J.M. Ojeda.
Buen Domingo.
Querido J.M. Ojeda: Para contar entre tus horas con más de medio siglo de vida,sin duda muy meritoriamente, te has quedado con la de tu Primera Comunión. Conserva esa misma hora hasta la última. Es cierto lo que dices en tu breve comentario, y no por ello superficial, sino muy profundo. Ten en cuenta, no obstante, que esa afirmación tan sólo puede ser cierta respecto a "algo", pero imposible respecto a Alguien.
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