Desde luego, sin duda debía tener razón mi madre, cuando desde que yo era niño solía decir a sus amigas, de mí, que era un ingenuo. Un ingenuo en el sentido más peyorativo del término, es decir, un incauto, un pobre infeliz que se lo creía todo, y por ello fácil de engañar al primer intento. Y, en efecto, así ha resultado muchas veces en mi vida, si no en materia grave sí al menos en pequeñas "tomaduras de pelo" de las que me han hecho objeto por esos mundos de Dios. La última, ha sido hace unos días, cuando recibí, nada menos que a través de una persona que ha sido cuatro años misionero en África y después veinticuatro en la Patagonia argentina, un reenvío, de estos tan típicos que circulan por Internet. El original decía proceder del Superior Provincial en la India de los Franciscanos de la Orden de Frailes Menores (OFM) y, literalmente, decía esto:
"Rezad por la Iglesia de la India. Extremistas budistas, han prendido fuego a 20 iglesias en la noche pasada. Esta tarde han planificado destruir 200 iglesias en la provincia de Olisabang. Tienen intención de matar a 200 misioneros entre las próximas 24 horas. En este momento todos los cristianos se están escondiendo en las “aldeas”. Rezad por ellos y enviad este e-mail a todos los cristianos que conocéis. Pedir a Dios que tenga piedad de nuestros hermanos y hermanas de la India. Cuando recibáis este mensaje, os ruego enviarlo con urgencia a otras personas. Rezar por ellos a nuestro omnipotente y victorioso Señor."
Fiel a la última petición, volví a reenviar el mensaje a otras personas, en mi consideración dispuestas a rezar y, una de ellas, nuestra colega "Capuchino de Silos", nuestra querida amiga "C", me contestó con cierta urgencia diciéndome: "Muchas gracias Luis, pero esto es un mensaje que lleva circulando por Internet más de un año y es absolutamente falso". Recordé entonces a mi madre. Efectivamente, no es que yo sea un "ingenuo", es que parece ser soy un perfecto idiota. Pero, mientras pensaba esto, y dada la atribución de las denunciadas falsas agresiones anticristianas a los extremistas budistas, recordé haber leído en alguna ocasión que, en la India, apenas si quedan ya budistas, y menos aún radicales, tras las conversiones masivas que allí tuvieron lugar, entre los hinduistas, unos ochenta años después, aproximadamente, del nacimiento del budismo. Y decidí buscar la fuente de aquella lectura y refrescar de paso mis escasos conocimientos sobre el budismo.
Como bien es sabido casi universalmente, el fundador del budismo fué el hindú Siddhartha Gautama, que nació aproximadamente 560 años antes del nacimiento de Cristo. El budismo, no es otra cosa sino una derivación del hinduismo (llamado, a su vez, primitivamente, "brahamanismo"). Gautama era hijo del Gobernador de la Provincia del Himalaya, convertida actualmente en Nepal, y vivía en un palacio rodeado de toda clase de riquezas y aislado del mundo, por expresa decisión de su padre el Gobernador, a fin de preservarlo de todos sus males y angustias. Se cuenta de él -seguramente es una leyenda, como tantas otras- que un día, intrigado en conocer qué habría fuera del palacio, decidió dar un paseo por sus alrededores. Fué entonces, cuando vió cuatro cosas: Un hombre anciano, un hombre enfermo, un hombre muerto y un mendigo. Estas visiones cambiaron radicalmente la vida de Gautama. Abandonó el palacio y su familia, se zambulló en las escrituras hindúes y las estudió bajo la dirección de sacerdotes brahamanes, pero se sintió profundamente decepcionado de sus enseñanzas. Fué entonces cuando se entregó por su propia cuenta a la meditación, preguntánse fundamentalmente, en primer término, en relación con lo que había visto, por las causas del dolor y del sufrimiento humano. ¿Por qué hay dolor y sufrimiento?. Gautama, había aceptado la idea del hinduismo relativa a la re-encarnación, o re-nacimiento después de la muerte, y esta creencia le condujo a una segunda pregunta: ¿Cómo puede romperse el ciclo del re-nacimiento?. Se dice, posiblemente también es otra leyenda, que, sumido en esta profunda meditación, bajo la higuera conocida como el árbol de Bohdi (o "árbol de la sabiduría"), repondió a estas dos preguntas estableciendo las llamadas "Cuatro Nobles Verdades". La Primera de ellas, es que el dolor y el sufrimiento están omnipresentes en toda naturaleza humana. La Segunda Verdad, enseña que la causa, la raíz de ese sufrimiento es el deseo, la avidez por la felicidad, la riqueza y el goce egoísta, avidez que habita en la ignorancia. La Tercera Verdad, es que el sufrimiento terminará cuando el ser humano pueda y llegue a liberarse de todo deseo, de toda ambición. Y, por último, la Cuarta Verdad, es la de que, todo hombre debe iniciar un camino de Ocho Pasos, a través de los cuales, secuencialmente, debe renunciar a los deseos de riqueza, lujuria y crueldad, sin dañar a ninguna criatura viviente; a decir siempre verdad, sin calumniar ni conversar vanamente; a abstenerse de la inmoralidad en su más amplia extensión; a trabajar altruistamente en beneficio de otros, hasta llegar a la contemplación, para limpiar y purificar la actitud interior, eliminando las males inclinaciones y sustituyéndolas por otras buenas, para alcanzar el amor universal. De esta forma, Gautama dejó establecidos los tres conceptos esenciales del budismo: El karma, o relación de causa a efecto, de modo tal que cada hombre cosecha aquello que ha sembrado, por decirlo de alguna manera. Para el budismo, lo que un ser humano haya de ser en su próxima vida, dependerá de lo que haya sido en esta presente. El segundo concepto esencial budista, aunque complejo, es el de la ley de Samsara o de Transmigración, en virtud de la cual la existencia de un ego, de un yo individual, es mera ilusión. Todo lo que existe se encuentra en un ciclo de nacimiento-renacimiento. La individualidad del yo histórico en la siguiente vida no será exactamente la misma de la presente. Y, por último, el tercero de estos conceptos esenciales es el de el Nirvana, que no es otra cosa sino la "extinción" de la existencia, para alcanzar el más alto grado de iluminación, en un estado eterno del ser. "Buda", no significa otra cosa sino "el iluminado", lo que equívocamente podría traducirse o interpretarse como el más alto grado de conocimiento de Dios. Sin embargo, no es así. Gautama no dijo de sí mismo ser una deidad, aunque sus seguidores más tarde le exaltasen como tal, ni tampoco expresó su concepto de Dios, aunque se muestra como monista en su perspectiva del Absoluto. Por eso, el busdismo no es una religión, sino un método de disciplina ética, no teísta; un sistema antropocéntrico de cultura, pero no de fe. Por eso, muchas sectas budistas han desarrollado su propio concepto de Dios, y o bien algunas de ellas son panteístas, o bien otras son ateas. Y, por ello, a su vez, no puede haber comparación alguna entre el budismo y el cristianismo, que difieren entre sí en conceptos y formas fundamentales, aunque también se haya intentado sincronizar ambos, en un intento de sincretismo religioso, absolutamente inalcanzable.
Pero, lo que, según puede observarse en qué consiste el budismo, en modo alguno cabe pensar, es en la existencia de una orientación extremista o radical del mismo, capaz de atacer y perseguir, ni a la Iglesia católica ni a ninguna otra confesión religiosa. Y por eso, quienes hayan inventado el comunicado de Internet, atribuyendo su origen, además, a una Orden religiosa cristiana tan pacífica y humilde como la del "pobrecillo" de Asís (que por cierto también era muy rico y se hizo pobre voluntariamente), más que "ingenuos", como yo, deben ser unos autenticos trastornados mentales. O tal vez cosas mucho peores. ¿Quién lo sabe? Luis Madrigal.-
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