Hasta hace pocos años se celebraba en el día de hoy, 1 de enero, la fiesta de la “Circuncisión del Señor”, ceremonia del Antiguo Testamento que fue totalmente abolida por el sacramento del Bautismo. En su lugar, la reforma litúrgica establecida por el Concilio Vaticano II, fijó para el día 1 de enero la “Solemnidad de Santa María, Madre de Dios”. Con ella confesamos nuestra fe en la divina maternidad de María, que, por obra y gracia del Espíritu Santo, concibió en sus virginales entrañas y dio a luz al Hijo de Dios hecho hombre. Este hecho inconmensurable eleva a María infinitamente por encima de todo el género humano y de todos los ángeles y bienaventurados. Su maternidad divina es el título fundamental y más importante de María, del que se deriva toda su grandeza.
Son muchos los “segundos nombres” con que a la Madre de Dios se le llama, a lo largo y ancho de la Cristiandad. Las advocaciones, o ”llamadas” -que eso significa el término advocación- por medio de las cuales se la conoce y venera en la tierra. Yo hoy, tengo que resistir el impulso de hacer referencia a la Madre y Reina de León, mi patria pequeña, la Virgen del Camino, cuya imagen milenaria, de autor y época desconocidos, se venera en el Santuario de su nombre a escasos seis kilómetros de la Capital del Viejo Reino. Pero “mi Virgen” -como diría un buen andaluz- es una Dolorosa, que tiene muerto en sus brazos al Redentor. Por ello, esta referencia, en esta Festividad dedicada a la Madre de Dios, cuando acaba de alumbrar en Belén a un tierno Niño, no sería demasiado apropiada. Creo más oportuno recordar en la ocasión a una Virgen Gozosa, con un Niño vivo y feliz en sus brazos. Todo tiene su sentido y explicación.
Y por ello, entre las advocaciones que giran en torno a la Natividad de María, establecida en el 8 de Septiembre, y que hace recordar aquellos hermosos versos -“Canten hoy, pues nacéis Vos, los ángeles, gran Señora, y ensáyense, desde ahora, para cuando nazca Dios”- he preferido honrar en esta solemne ocasión, pese a que Dios ya ha nacido, a otra Virgen, a la que precisamente canta todo un pueblo, fervorosa y enfervorizadamente, para mí también de entrañable significación y hondura sentimental, Nuestra Señora de la Fuensanta, Patrona de Murcia, desde la primera mitad del siglo XVIII, y Madre de todos los murcianos, aunque solamente unos personajes verdaderamente románticos y llenos de fervor filial le cantan al despuntar la aurora, de ahí su nombre sustantivado, “los Auroros”, de tal manera que, cada vez que los oigo, no puedo evitar recorra mi alma un escalofrío emocional. Estos hermosos coros polifónicos han sido objeto de reconocimiento mundial al formar parte del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO. Además, a ello se une el hecho de que yo tuve el honor de mantener correspondencia epistolar, aunque muy breve, con un gran músico y musicólogo, durante años protagonista de un excelente programa musical de Radio, en aquella tristemente desaparecida emisora que fue “Antena 3 Radio”. Él se llamaba, y gracias a Dios creo se llama, Miguel Ángel García Sánchez. Le felicité en cierta ocasión, en aquellos años, tras escuchar un precioso programa dedicado a la salmodia, procedente por tanto de la Sinagoga, de los judíos, discípulos de otro Judío, llamado Jesús de Nazaret, que más tarde va a cristalizar en los cantos litúrgicos cristianos. Y Miguel Ángel, que en el orden artístico, como podrá observarse en el vídeo que a continuación tengo el honor de ofrecer en esta entrada, tan sólo se ha dado a conocer como Miguel García Sánchez, muy generosamente por su parte, me regaló y envió a mi propia casa un ejemplar del album “Alia Música”, dedicado al ars antiqua en España, una verdadera joya, para mí, que en unión del “Canto Espiritual Judeoespañol” (ambos publicados por Harmonia Mundi Ibérica, S.A.), y de este otro canto al que ahora me refiero, constituían por entonces las tres grandes realizaciones de Miguel Ángel, como director e intérprete.
Hoy, tengo yo la satisfacción de poder publicar por mi parte este “Canto de Auroros”, dedicado a Nuestra Madre de la Fuensanta, la Fuensantica, la Morenica (debido al color tostado de su rostro) que quiero ofrecer en particular, con todo cariño, a mis amigos murcianos, Manuel Enrique Mira Sánchez, nuestro querido MAN, a su mujer, Maria Dolores, y a su prima hermana Toñi Sánchez Zarco, que tan cariñosamente me escribe a veces. También, finalmente, a nuestra asimismo colega en este mundo de los Blog, Isabel Martínez Barquero y a todos los murcianos en general. No en vano, la Hermosa Murcia, es tan española y sus mujeres y sus hombres tan fieles hijos de esta nuestra Madre, que cada la año bajan de su Casa de Algezares, en el corazón de la Huerta, desde la Sierra de la Cresta del Gayo que bordea la Ciudad de Murcia, al pie del milagroso manantial que surgió para regar toda la Vega, en el Domingo posterior al 8 de Septiembre, y tenerla así junto a ellos en su Catedral durante siete días . Por eso, yo hoy también le canto con emoción y me encomiendo a Ella, como si fuese un murciano más, el último de todos. Luis Madrigal.-
7 comentarios:
Mi muy querido amigo Luis:
Hoy me has hecho un preciosos reglo por el día de mi santo. Nada más abrir tu blog me encuentro con mi querida Fuensantica. No alcanzaba a creer que la hubieras puesto ahí por casualidad y por eso, al seguir leyendo y encontrarme con estas palabras tuyas, me has emocionado hasta humedecerme los ojos. Has tocado muchas fibras sensibles para un murciano, murciano.
Veo que tienes buenos amigos, yo entre ellos, en esta que ya parece tu segunda tierra y a la que familiarmente estás unido y que estás impuesto en uno de nuestros íntimos y casi ignotos tesoros que son los Auroros. La salve que nos has dejado es preciosa y solo le echo en falta una cosa que me ha extrañado mucho no escucharla : la campana.
Una Campana de Auroros solo porta los siguientes tres objetos: La campana; marcando el contrapunto del canto, es el único instrumento musical que los Auroros se permiten (excepto en Navidad en que se les unen las rondallas para cantar Aguinaldos (Aguilandos en murciano). El Farol; no solo es un elemento práctico para alumbrar por los senderos (carriles) de la huerta cuando van a recoger a los hermanos cofrades en "la despierta" para ir juntos a la misa de "la aurora", simboliza también que la luz de la fe va con ellos y que las almas de los hermanos cofrades fallecidos van también con ellos. El tercer objeto es el estandarte con la virgen bajo cuya advocación se forma esa concreta Campana de Auroros. Lo demás es pura fe de unos rudos huertanos que se "deshacen" (se "desfaratan") quitándose del sueño para ir a rezar ir a rezar el rosario y asistir a la misa del alba (Aurora).
Ha sido un regalo precioso que, tanto yo como María Dolores, te agradecemos infinitamente y te enviamos nuestro cariño con nuestro abrazo.
Te "espero" en el concierto de 1º de Año ;-)
QUERIDO LUIS:
TE DESEO UN AÑO CON MUCHA PAZ Y AMOR, DISFRUTANDO DE TU VIDA Y TU FAMILIA.
GRACIAS POR LO QUE ME HAS DADO, GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE AHÍ.
UN FUERTE ABRAZO,
MARGA
Bueno, y mañana domingo que me tendrás, junto con María Dolores, en Madrid, en la Plaza de Colon, en la Jornada de la Familia.
Otro abrazo
Visitamos tu blog recomendados por Man, y tenemos que agradecerte que te acuerdes de los Murcianos, y de nuestra Patrona.
Un saludo de la Fuensanta y el Antón.
Pero que bonito suena,y que maravilla leerte con ese fondo,todo un regalo.
Te leo y me emocionas, estimadísimo Luis. Nada más ver a la Fuensantica, como Man, he entrado corriendo y qué hermosura de entrada.
La salve es bellísima, nunca la había escuchado y es un tesoro y un regalo en este domingo de primeros de año. Aunque en esta casa no me extraña, ya que tu cultura musical es inmensa.
Como murciana, como amiga, muchísimas gracias.
Un fortísimo abrazo y te deseo lo mejor para este año que se inicia y para todos sin excepción.
Muchas gracias a todos, queridos amigos, murcianos o no. La Fuensantica es Madre de todos. Marga, nada he podido darte y si algo te he dado lo he hecho con el mismo cariño con el que tú me lo agradeces. Quédate en paz. MAN, Toñi e Isabel, bien sabéis lo que quiero a Murcia, a su Huerta, a su Vega... No en vano mis cuatro hijos tienen todos, cada uno de ellos, el 25% de sangre murciana, recibida directamente de su abuelo materno, que nació en Algezares y fue un hombre de bien. No conocía la página de humor -y quizá algo más, aún siendo el humor cuestión muy importante- obra de un mágnifico dibujante, sin duda alguna, que se hace llamar "La Fuensanta y el Antón", pero lo agradezco lo mismo y seguiré esos excelentes dibujos. Te lo agradezco especialmente a ti, MAN, por haberme "presentado". Feliz año para todos. Un abrazo. Luis Madrigal.-
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