I
BAJO LA LUZ Y EL SOL
Cuántas veces me dije no sabría
decir lo que la noche nos depara
y otras tantas, la luz que nos ampara,
trajo hasta mí la claridad del día.
Vivía sin saber, más respondía
mi vida a lo que se une y no separa
y, más que oscura, una mañana clara
veía, sin mirar lo que veía.
Sólo la luz, el sol y aquel geráneo
que un patio de cemento iluminaba,
humilde y bajo, sólo sucedáneo
del holgado jardín que yo miraba
cuando, al pasar, su brillo momentáneo
veía florecer... Y no lloraba.
Luis Madrigal
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