martes, 17 de enero de 2012

AGONÍA DE UN SUSPIRO (Tres Sonetos para un Desamparo autoimpuesto)



I


CUANDO OSCURECE,
OTRA VEZ EL SILENCIO ALZA SU CANTO


Otra vez el silencio alza su canto
oscuro, quejumbroso, que fenece
cuando nace la voz. Mas, ya atardece,
ya la noche a la luz tendió su manto.

No puedo ya saber cómo ni cuánto,
errante, vago en mí cuando oscurece.
Sólo sé que mi ser  -solo-  padece
la cruel soledad, que duele tanto.

Callaron ya de ayer dulces canciones
que a mis oídos, lentas, arrullaron…
Se fueron con el frío las pasiones.

Las llamas, tan ardientes, se apagaron.
Y de mi pecho, al fin, las ilusiones
de las  noches de estío ya volaron.





II


ENTRE LA CONFUSIÓN Y EL EXTRAVÍO,
ME ESPERA UN LARGO INVIERNO


¡Me espera un largo Invierno…! Aún no ha empezado
y ya siento su hielo en mis entrañas…
Danzan en torno a mí las más extrañas
horas de un limbo gris, triste y nublado.

Nunca pensé que tanto haber amado
fuera a traerme muertas las hazañas
de heroico sentir, entre las cañas
de aquel Arroyo, ayer tan azulado.

Ya nada tengo hoy, y nada espero
del aire que golpea mi ventana…
Nada trae ya… No trae el verdadero

amor que de mi pecho la mañana
prodigó hasta la noche por entero,
ni arado que se clave en mi besana.

 



III


HOY, HE MUERTO SIN TI


Ya no puedo gustar… Ya los sabores
no endulzan mis sentidos, y mi pena
no puede ya volar, ni mi cadena
arrastra los aromas de las flores.

Ya no llegan a mí aquellos colores
que tú tejías… Para mi condena,
hoy la mar se ha hecho cielo, y aun serena,
no podré navegarla… Mis amores

al otro lado estaban, y a la terca
pasión que, en mí, alentaba la mañana,
ya la noche su negro manto acerca.

¿Ya muerto estoy…? Ya escucho una campana
que suena lejos aunque está muy cerca.
Y… ¡no volveré a oír tu voz lejana!




 Luis Madrigal





6 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Se oyen tristes estos sonetos, ya no se si es nostalgia por un amor o por una ciudad o un amor que vive en esa ciudad lejana.


Bellos como siempre apreciado Luis.

Aída.

Francisca Quintana Vega dijo...

Acabo de hacer un comentario y no sale...esperaré, no sea que luego salga repetido. Mi cordial saludo

Francisca Quintana Vega dijo...

Como veo que no aparece, intentaré repetirlo.
Tres sonetos hermosos pero con ese aire de tristeza que caracteriza a muchos poetas, en muchas ocasiones.
Tal vez sea que las personas que escribimos,tenemos la sensibilidad más a flor de piel, los sucesos y las circunstancias nos afectan más.
El paso del tiempo suele afectarnos mucho...la madurez...el desamor, los desengaños...es así desde siempre y la prueba de ello está en los poetas clásicos. Siempre digo que ¿Habrá poetas completamente felices? La verdad es que, seguramente, no.
Y cuanto más latente es la soledad, la incomprensión, mejor suelen ser los poemas.
En fin, de todas formas...aunque no escribamos tanto...mejor es que podamos estar bien, sonreír..no? jaja
Mi cordial saludo.

Luis Madrigal Tascón dijo...

Querida Aída: La tristeza no es tan mala como aparentemente pudiera parecer, pero nunca se sabe qúe es exactamente lo que lata bajo la piel de quien está triste. Muchas gracias por tu visita. Un abrazo. Luis Madrigal.-

Luis Madrigal Tascón dijo...

Muchas gracias, Francis, por partida doble. Estos "accidentes" de Internet suceden a veces, pero ya sabes que "lo que abunda no daña". Me honras en exceso al considerarme un poeta, si no he entendido mal. Yo, no lo tengo tan claro. Lo que sí es cierto es que la tristeza es fuente de inspiración y, tal vez, sólo por eso podría ser ya bien acogida. Recordarás quizá aquella famosa novela de una joven francesa, que aún no había cumplido los 18, años, Françoise Sagan: "Bonjour tristesse". Aquella tristeza, escandalizó, sin duda cínicamente, a una Europa que prácticamente acababa de salir de la II Guerra Mundial. Pero la tristeza es una de las emociones básicas, esenciales, del espíritu humano, sin duda mucho más honda que la alegría, que sería el sentimiento antípoda. La expresión perfecta de esta última es la risa, lo que puede ser muy agradable pero también bastante vulgar, creo yo. En cambio, el signo de la tristeza, es el llanto, que puede resultar doloroso, pero que me parece también a mí preferible al olvido, el cual, bien mirado, no deja de ser una cobardía. Ya sé que los Psiquiatras, hablan de una tristeza patológica. Pero aún así. Para mi gusto, la tristeza siempre es de una belleza muy supeior, pese a que a veces pueda conducir a la desesperanza. En esto último, estoy de acuerdio contigo. Eso jamás. Mi más cordial saludo, Francis. Luis Madrigal.-

Luis Madrigal Tascón dijo...

Muchas gracias también, de todo corazón, a mis queridas amigas Marga Fuentes y Alicia Abatilli, por la creación de los enlaces a esta entrada. Un beso a las dos. Luis.-