Si todos los santos tienen su octava, todas las buenas películas no pueden conformarse con unas breves secuencias, por significativas puedan ser éstas. Algunos de mis amigos, que para nada aparecen jamás por aquí, me han estado llamando por teléfono durante el día de hoy. Algunos, porque temen electrocutarse si tocan cualquier tecla de un ordenador, otros porque aborrecen los ordenadores y, sin duda los menos, porque confiesan no ser capaces, o no tener paciencia para acceder a este humilde mío y participar en él. Me dicen que lo leen de vez en cuando, pero no les gusta ser leídos nunca. Incluso otros por completo distintos y al margen totalmente de la Informática, también me han llamado, enterados de que ayer había publicado esas breves secuencias de la maravillosa película italiana "LA VITA E BELLA". Todos ellos me han preguntado cómo podrían verla íntegramente, desde el principio hasta el fin. Sin duda, ninguno de ellos, acertó a reparar en que entre los vídeos que sucesivamente se ofrecían en la entrada de ayer, tras la proyección de la secuencia, uno de ellos contenía la película íntegra. No hace falta, por tanto, acudir a ningún Video-Club, ni adquirirla en ningún establecimiento comercial. En YOUTUBE puede encontrarla todo el que desee verla. Eso sí, necesitará un Ordenador y la correspondiente conexión a Internet. Para la mayoría de los que me han llamado, y fiel a la promesa que les he hecho, inserto hoy, adjunta a esta misma entrada, la proyección íntegra de esa maravillosa película. Se la ofrezco a todos, pero de un modo muy especial a alguien que no figura entre quienes me han telefoneado, pero que sin duda le gustará saberlo, aunque él ya haya visto la pelicula media docena de veces. Quiero ofrecérsela a mi buen amigo Carlos Tobes, que durante casi todo el año, sobre en todo en los meses de verano, se esfuerza, y lo consigue con todo éxito, y con su generoso esfuerzo, en mantener encendida la llama del Cine, al estilo de los viejos Cine-Forum, con presentación de la película y coloquio final entre los asistentes a la proyección. Esto lo hace el bueno de Carlos, a veces incluso tomándose bondadosamente la molestia -en cierto modo es un placer, porque se proporciona a sí mismo un higiénico y romántico paseo entre inmensos pinares- de visitar a los invitados, o dejarles la invitación en su correspondiente buzón de correo. Se nos invita a la "Sala El Billar", en torno a una mesa auténticamente propia de tal juego, sobre la que cuelgan unas potentes lámparas de estilo, propias al uso, que se apagan al comienzo de la sesión, para que sólamente pueda brillar allí la película. La última vez que hablamos, al final de este último verano, Carlos me emplazó a que le propusiese el título de una nueva película, aunque él dispone de una bibliografía exhaustiva, pero en aquel momento no se me ocurrió pensar en esta que ayer he recordado. En realidad, yo he visto muy pocas películas y apenas si entiendo casi nada de Cine. Pero ahora, he encontrado la oportunidad. Bien, querido Carlos, la pelota está en tu tejado. Y si alguna vez, queridos presuntos lectores, alguno de ustedes, o de vosotros, pasa por Las Navas del Marqués, en la Provincia de Ávila (España), y es aficionado al Cine, no deje de preguntar por la "Colonia García", en el Barrio de la Estación. Si es en verano, casi seguro que en la "Sala El Billar", podréis encontrar a Carlos, que sin duda os invitará a ver la película que se proyecte ese día. Y además, os ofrecerá una copa, o unos pastelitos con chocolate, o con café con leche. Un abrazo, Carlos. Resérvame un sitio, por favor. Luis Madrigal.-
miércoles, 1 de febrero de 2012
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2 comentarios:
En cuanto he visto tu entrada me ha encantado y he venido a saludarte, esa pelicula se encuentra entre mis favoritas y la he visto varias veces es preciosa, la volveré a ver en cuanto tenga tiempo.
Muchas gracias por compartirla.
Un abrazo fuerte desde mi Librillo.
Muchas gracias, Rosario, por tu saludo y por tu exquisito gusto. Que hayas visto varias veces esta película, así lo acredita. Me parece muestra inconfundible de sensibilidad y sentido estético. Un abrazo. Luis Madrigal.-
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