lunes, 2 de abril de 2012

EL CALENDARIO DE ABRIL



El objetivo que Cáritas Diocesana de Madrid se propone, para este mes de Abril, no es nada fácil en estos momentos tan críticos, en los se trata por todos los medios posibles de crear nuevos empleos. Sin ellos, no podrá haber trabajo para cinco millones de personas, más o menos, como ahora carecen de él. No es tarea fácil, sino mucho más difícil aún que la de alimentar diariamente a infinidad de personas que, sin la ayuda de la Iglesia Católica, tan odiada y aborrecida últimamente en España, es posible se hubiesen muerto de hambre, porque parece ser que el Estado es incapaz de evitarlo y mucho más cuando el poder ejecutivo del mismo se ejerce por un partido político que jamás ha hecho nada por los más humildes, a quienes dice defender. Es mentira. Ese odioso partido, no nació para cumplir tal fin, sino, en palabras de su nefasto fundador para "destruir el sistema". El sistema capitalista, que desde luego no es nada bueno. Pero, de modo similar a lo que tantas veces se invoca, las palabras de Winston Churchill, relativas al sistema político democrático, bien podría decirse que no existe ningún otro sistema económico mejor. La razón es bien sencilla: Sólo la riqueza se puede repartir, no la pobreza, que únicamente puede ser compartida. Cristianamente compartida, desde luego. Cierto que es necesario frenar los excesos de un capitalismo inmisericorde y cruel a ultranza. Pero, si tenemos que esperar a que "el socialismo"  -como el otro día pude leer a una persona con síntomas evidentes de desvalida intelectual y casi mental, en una especie de tertulia, de esas de "patio de corral", o de "gallinero"-  regrese antes de este próximo verano, como afirmaba con desparpajo... ¡pobre España! Los sinvergüenzas que perciben retribuciones milenarias a cargo de los fondos públicos, los llamados líderes sindicales, que no son otra cosa sino inútiles parásitos, repitiendo eternamente la misma utópica y estúpida  -incosistente-  canción, y que ahora azuzan y lanzan a las masas contra los únicos que pueden librarnos a todos de la miseria y del hambre, sin duda se encargarían de hacer lo único que saben: Nada. Y con ello, de conseguir cuanto antes la ruina total. Cáritas, por el contrario, trata deseperadamente de, al menos, preparar a las personas para que puedan encontrar un empleo posible, lo antes posible. ¡Ojalá tenga suerte! Dios, le ayudará.  Luis Madrigal.-

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