HE HALLADO LA
CALMA
No gritan mis arterias… Ya dormidas,
encontraron la calma y el consuelo
sin mirar a la tierra… Sólo al cielo
y a las hojas de Otoño, ya caídas.
Se cierran lentamente las heridas
que el fuego del amor abrió en su anhelo
de tenerte conmigo, sin el velo
que ocultaba tus rosas florecidas.
Y, entre espinas, como las mariposas
danzan en Julio entre los rosales,
quiero creer que luces más hermosas
pueden cegar tus ojos… Y abisales
simas, que en mí se abren como fosas,
sepultar al final todos mis males.
Luis
Madrigal
6 comentarios:
Una belleza de soneto, Luis. Te echaba de menos. Gracias por escribir y felicidades.
Besos. María
Muchas gracias, María. He tenido mucho trabajo y, por ese motivo, forzosamente yo también te echaba de menos a ti. Espero poder estar presente en lo sucesivo. Un beso, María. Luis.-
Gracias por regalarnos, de nuevo, la posibilidad de leer un soneto maestro.Es precioso.
Espero que sea cierto que no nos falten. Mi cordial saludo
Gracias, Francis. Te digo lo mismo que a María. Espero poder leer lo que escribas pronto. Luis Madrigal.-
Se me olvidó decir que también es de agradecer el detalle de la música...siempre tan acorde, y nunca mejor dicho.
Mi cordial saludo.
Gracias, Francis. Esa música es muy especial para mí. Además de tan hermosa para todos. Es el Rondó de la Serenta Haffner, de Mozart. Alguien dijo una vez que, tras escucharla, nada podía decirse, sólo admiración. Tenía mucha razón, pero ya no creo que la escuche. Recibe mi afectuoso saludo. Luis Madrigal.-
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