sábado, 16 de junio de 2012

NO GIME EL CORAZÓN




HE HALLADO LA CALMA


No gritan mis arterias… Ya dormidas,
encontraron la calma y el consuelo
sin mirar a la tierra… Sólo al cielo
y a las hojas de Otoño, ya caídas.

Se cierran lentamente las heridas
que el fuego del amor abrió en su anhelo
de tenerte conmigo, sin el velo
que ocultaba tus rosas florecidas.

Y, entre espinas, como las mariposas
danzan en Julio entre los rosales,
quiero creer que luces más hermosas

pueden cegar tus ojos… Y abisales
simas, que en mí se abren como fosas,
sepultar al final todos mis males.



Luis Madrigal



6 comentarios:

María Bote dijo...

Una belleza de soneto, Luis. Te echaba de menos. Gracias por escribir y felicidades.

Besos. María

Luis Madrigal Tascón dijo...

Muchas gracias, María. He tenido mucho trabajo y, por ese motivo, forzosamente yo también te echaba de menos a ti. Espero poder estar presente en lo sucesivo. Un beso, María. Luis.-

Francisca Quintana Vega dijo...

Gracias por regalarnos, de nuevo, la posibilidad de leer un soneto maestro.Es precioso.
Espero que sea cierto que no nos falten. Mi cordial saludo

Luis Madrigal Tascón dijo...

Gracias, Francis. Te digo lo mismo que a María. Espero poder leer lo que escribas pronto. Luis Madrigal.-

Francisca Quintana Vega dijo...

Se me olvidó decir que también es de agradecer el detalle de la música...siempre tan acorde, y nunca mejor dicho.
Mi cordial saludo.

Luis Madrigal Tascón dijo...

Gracias, Francis. Esa música es muy especial para mí. Además de tan hermosa para todos. Es el Rondó de la Serenta Haffner, de Mozart. Alguien dijo una vez que, tras escucharla, nada podía decirse, sólo admiración. Tenía mucha razón, pero ya no creo que la escuche. Recibe mi afectuoso saludo. Luis Madrigal.-