ERA TU MAR
Era tu mar, más no pudo
ser mío,
ni era para mí, cuando
a tus ojos
los reflejos del sol en
ocres rojos
tiñieron tanto amor, en
mí tardío.
El cruzar aquel mar, se
hizo valdío
y el tiempo transcurrió,
sin que de hinojos
llegasen a esa playa
mis despojos…
Sin barca para mí, y
sin navío.
Hoy, ya harto de remar
en otros mares,
cansado y sin vigor,
miro esos cielos
que a mi vista agotada
son glaciares.
Una lágrima baña mis
anhelos,
al sentir emociones tan
dispares
que, de cálidas ondas,
hacen hielos.
2 comentarios:
Un precioso soneto, como suelen ser los tuyos. Felicidades Luis.
Besos. María
Entre los posibles e imposibles discurre la vida.¡Sigue siendo el dolor el protagonista de sus poemas! Pero son hermosísimos. Espero que siga bien. Mi cordial saludo.
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