Buscan
las nuevas flores que han nacido
una
ventana clara al mediodía
para
llenar tus ojos... De alegría,
tu
nuevo corazón, que ha florecido.
No
te inquiete el dolor, tan esparcido
por
tu verde Jardín, que en agonía
gime
su hora más negra, mas ansía
la
fortaleza que antes ha tenido.
Sí
sé cual es tu nombre, y tú el mío…
Tu
pena, es ya la mía y tu sonrisa
el
más dulce calor, que ahoga mi frío.
Espérame,
cuando corra la brisa
junto
a ese Lago azul, en el estío.
¡Que
iré contigo, amor, a toda prisa!
Luis Madrigal
1 comentario:
Estupendo...Sus sonetos deberían estar todos editados,al alcance todos ...son maravillosos. Hasta mañana.
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