ASOMADO A UN BARRANCO
Destila el humo olor, la flor aroma.
Sudor, el caminante en el estío,
como el hielo al cuajar despide frío.
En Primavera, el árbol su flor toma
y deja ver sus hojas, tras la loma
que se alza en el recodo junto al río.
Como el hombre se apega al desvarío
y a un barranco sin luz su ser asoma.
No quiere ya escuchar el dulce canto
que ayer trajo a su oído la mañana.
Quiere ocultar en lodo hoy su llanto
y no recuerda ya aquella nana
que una madre cantaba sin espanto
cuando a la luz abría la ventana.
Luis Madrigal
2 comentarios:
Encantada de leer otro de sus sonetos.Mi cordial saludo.
Bello soneto y preciosa versión de la Nanita Nana. Gracias por compartirla.
Una sosegada luz, un tibio calor y una perenne necesidad de escribir, para que así podamos gozar leyéndote, son mis deseos para ti en este Año Nuevo que ya esta llamando a nuestras puertas, amigo luis.
Un abrazo. María
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