Hace unos días, en una iglesia católica -un templo- como tantos años por estas fechas, se cantó, y muy bien por cierto, el tradicional "Adeste Fideles", naturalmente en latín, como es lo más propio. Finalizado el canto, una persona amiga, se acercó a mí y me dijo que ella sabía que "la letra" era latín, y que le gustaba, pero que, al mismo tiempo, sentía mucho no entender lo que cantaban, ni se atrevía a hacerlo, memorizándola, sin saber antes qué quería decir. Le entendí perfectamente. Y no sé por qué tengo la impresión (también se lo dije a ella) de que no era la única en padecer este fenómeno, pero que esto era remediable. Por eso ahora quiero ofrecer a quienes puedan encontrarse en el mismo caso, una de las traducciones que me parecen más aceptables de la tradicional pieza navideña. Naturalmente, la traducción al castellano. Si les gusta, podrán observar cómo, aun cantando en latín -que es nuestra propia lengua, con la evolución de XXI siglos- pero entendiendo lo que se canta, se sentirán mucho mejor, más coherentemente integrados en el canto. Que pueda ayudar a quién sea menester. Esta es la versión original latina y su traducción al castellano:
Venite
adoremus Dominum.
Venite
adoremus, venite adoremus
Venite
adoremus, venite adoremus
Venite adoremus, venite adoremus
ADESTE FIDELES
Adeste
fideles, laeti, triumphantes,
Venite,
venite in Bethlehem:
Natum
videte Regem Angelorum.
Venite
adoremus, venite adoremus
Venite
adoremus Dominum.
En
grege relicto, humiles ad cunas,
Vocatis
pastores approperant.
Et
nos ovanti gradu festinemus.
Venite
adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.
Aeterni
Parentis splendorem aeternum,
Velatum
sub carne videbimus
Delum
Infantem, pannis involutum.
Venite
adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.
Pro
nobis egenum et foeno cubamtem,
Piis
foveamus amplexibus:
Sic
nos amantem quis nos redamaret?
Venite adoremus, venite adoremus
Venite
adoremus Dominum.
TRADUCCIÓN:
Acudid, fieles, alegres, triunfantes
Venid, venid a Belén:
Ved al nacido Rey de los ángeles.
Venid adoremos
Venid adoremos al Señor.
He aquí que, dejado el rebaño, los pastores llamados
se acercan a la humilde cuna
y nosotros nos apresuramos con paso alegre.
El esplendor eterno del Eterno Padre
lo veremos oculto bajo la carne
Al Dios Niño envuelto en pañales.
Por nosotros pobre y acostado en la paja,
démosle calor con nuestros cariñosos abrazos.
A quien así nos ama, ¿quién no le amará?
No hay comentarios:
Publicar un comentario