Quisiera ser la tierra en que el naranjo
tiende sus verdes ramas, soberano
y, cargado de frutos, ofrece el dulce néctar
que engendró la flor inmaculada.
Esa es su verdad... La verdad del naranjo.
¿Acaso la del hombre
es turbar el silencio, pisar la flor,
contaminar el embriagador aroma del cielo
tapizado de azahar...?
No, no es esa su verdad.
Como la del naranjo, su verdad es cargarse de frutos,
llenando el aire del aroma inmortal y divino
heredero de su propia y genuina Naturaleza.
Luis Madrigal
Con el mayor respeto, a
Antoine Marie de Saint-Exupéry
1 comentario:
¡Qué lindo poema! Yo también tengo un poema que tiene un verso que dice "¡Quiero ser como la tierra!"...me encantó este poema porque es un poema de deseo de vida, se anhelo de que el hombre viva según su verdad y no como lo está haciendo en esta loca sociedad. Me alegra mucho ver que está bien. Saludosssss
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