CANCIÓN DE VERANO
Del árbol, una
rama en la ventana
tocaba con sus
hojas verdes, claras.
Proyectaba su
sombra, que miraba
donde se oculta
el sol al caer la tarde.
Un rayo puro
vibra y tiñe el suelo
donde la hierba
bebe el dulce zumo
de la lluvia
caída y el murmullo
del viento en
calma besa el aire entero.
Verde el hondo
tapiz, azul el cielo,
se esponja el ser
y trepa hasta la altura
para ver sin
mirar y, en sinfonía,
notas y arpegios
que suspiran,
cubren de paz y
amor el horizonte.
Vuelan lentas,
calladas , sobre el valle,
acariciando al
par azules crestas
y en un bosque
que bulle tan lejano,
entre las
piedras, una brilla y canta
sin convertir en
oro los metales,
mas, de toda la
dicha, llena el alma.
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