martes, 17 de junio de 2014

SE ACERCA EL RUBIO Y ARDIENTE SOL



CANCIÓN DE VERANO

Del árbol, una rama en la ventana
tocaba con sus hojas verdes, claras.
Proyectaba su sombra, que miraba
donde se oculta el sol al caer la tarde.
Un rayo puro vibra y tiñe el suelo
donde la hierba bebe el dulce zumo
de la lluvia caída y el murmullo
del viento en calma besa el aire entero.
Verde el hondo tapiz, azul el cielo,
se esponja el ser y trepa hasta la altura
para ver sin mirar y, en sinfonía,
notas y arpegios que suspiran,
cubren de paz y amor el horizonte.
Vuelan lentas, calladas , sobre el valle,
acariciando al par azules crestas
y en un bosque que bulle tan lejano,
entre las piedras, una brilla y canta
sin convertir en oro los metales,
mas, de toda la dicha, llena el alma.


Luis Madrigal


 

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