jueves, 7 de agosto de 2014

SI UNA PALOMA VUELA



HA LLEGADO LA PAZ

Risa que en pecho ayer dolido
y en paz ahora a la alegría entrega
el verde ramo del sagrado olivo,
es signo de esperanza. Y verdadero
presagio de la paz, en paz dormido,
que el estruendo del bronce no despierta.
Ni el fuego roe el alma, aunque la abrase,
ni el agua ahoga nunca, al desbordarse,
ni el canto del arado
en sus acordes cesa.
Busca la vista allá, tras la enramada,
de una espadaña al cielo la silueta.
Incesante oración late en la mente
que alberga voluntad de inercia quieta.
Cesa el osco clamor del pulso tenso.
Un nuevo chorro baña las arterias.
Ha llegado la paz. El ser que vive
muerto no quiere ya ver las estrellas.


Luis Madrigal





2 comentarios:

Manuel Soler Palá, msscc dijo...

Mucho me alegra "el cant dels ocells" en un blog tan castizo como el de Luís Madrigal.
He visto tu comentario en mi blog y he repasado las últimas entradas del tuyo. Admiro la facilidad para encajar citas, eventos o anécdotas del pasado, particularmente de los clásicos, en la prosa del momento. Lo cual implica largas lecturas, buena memoria y un dominio notable de la lengua.
Para moverse por estos terrenos hay que tener (dicho sea nada castizo) un buen background.
Feliz verano, que ya se nos va esucrriendo.

Manuel Soler Palá, msscc dijo...

Se me olvidaba el motivo principal de las líneas escritas en el anterior comentario. Es decir, a la pregunta de cómo se evita la simpleza, el perjuicio de enfadarse. Desde luego que no hay recetas como suele suceder en los asuntos enmarañados con la psicología. Pero a fuerza de proponérselo en los momentos de calma y esforzarse cuando uno está en la batalla, quizás algo se avanza hacia la cordura y la mesura.