LAS ROSAS QUE MURIERON
Ayer, vi yo las rosas
crecer y, de su aroma,
llenar el aire entero.
Los rosales,
nutridos y enraizados,
en que crecían lentas,
pero hermosas,
presagiaban mágicos
veranos,
que llegaban
entre lluvias de Abril,
el sol de Mayo
y un río caudaloso de
esperanza.
Era ayer un tiempo de
rosas,
despierto y fervoroso.
Hoy, ya las rosas
han detenido su camino,
no pueden florecer,
ni quieren,
y en los jardines
se ahogan los rosales,
sofocados por la más
dura grama,
que atroz apaga sus
colores,
quema sus tallos,
ciega su savia
y, sus afiladas espinas,
entre suspiros,
dejan ver una gota de
sangre.
Luis Madrigal
Madrid, 27 de Abril de 2015
Larra, 14
13,00 - 14,00 horas p.m.
DIÁSPORA SEFARDÍ
Por qué llorax blanca niña
Romance de "La guirnalda de rosas" (Rhodes)
Monserrat Figueras - Jordi Savall
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