MI SOLEDAD ES EL ESPEJO
Solo -y en soledad- vivo soñando
que el tiempo nunca fue y sólo queda
la sombra que tejió aquella arboleda
de suspiros y luces, esperando
la luz que no se apaga y que, temblando,
mi corazón espera, entre humareda
del fuego que murió. En la vereda,
tan sola como yo, ya no hay destino.
Todos se fueron ya. El gris del cielo
en los montes cercanos su reflejo
tibio y sombrío deja caer el velo.
El verano acabó. Ahora ya es viejo.
Como mi soledad, hecha de hielo,
para verme conmigo, es el espejo.
Luis Madrigal
Las Navas del Marqués (Ávila, España)
Comuniddad Autónoma de León y Castilla
31 de Agosto de 2015
1 comentario:
Precioso soneto, como todos los suyos, D.Luís. Pero...siempre hay destino, aunque sea la hora presente, el día presente...el amanecer de mañana. Viva el día...merece la pena. Un abrazo.
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