Comienzan a apagarse las escasas
luces de este -dicen los
astrónomos- primer día de Primavera y
desde luego, cronológicamente, ya a esta hora casi no lo es. Ya casi no es "Domingo
de Ramos". Ni siquiera lo es en las autovías y carreteras españolas, donde
algún rezagado andará aún camino de las playas de Levante o de las costas de
Lloret. Allí suele hacer casi siempre buen tiempo y escasez de lluvia.
Abundancia de sol. ¿Habrá sido también allí, aunque a estas horas casi ya no lo
sea, "Domingo de Ramos" para estas gentes de la playa y el sol; del
turismo como cultura y como industria? Es preciso, por ser necesario, respetar
el pensamiento y el sentimiento de todo ser humano. Hasta es muy deseable, por
igualmente necesario, establecer a lo largo del año algunos períodos de
vacación, estacionales o debidamente calculados. Divertirse y cambiar de
ocupación, visitar a la familia o a los amigos, no es precisamente malo, sino
por el contrario muy bueno. Pienso también, no obstante, que para ello no es
necesario esperar a que sea "Domingo de Ramos". Al menos, yo
agradecería mucho una cierta coherencia del propio lenguaje, aunque sólo
pudiera ser, en el orden intelectual, en honor al último filósofo, Ludwig
Wittgenstein, que basaba el funcionamiento de la lógica en una especie de
estructura o andamiaje sobre los que se levanta nuestro lenguaje descriptivo.
Porque, de lo contrario, en esta magna ceremonia de la confusión, llegará el
momento en el que nadie pueda entender a ningún otro. O lo que es aún mucho
peor, a sí mismo. Efectivamente, hoy que se hablan y hasta escriben tan
diversos idiomas y lenguas extranjeras, para que pudieramos entendernos todos
de un modo coherentemente lógico
-wittgenstiniano- con ocasión de esta fecha del "Domingo de
Ramos", sería inicialmente preciso recurrir al Latín, porque en él reside
y radica la noticia y explicación más rigurosamente históricas:
Pueri Hebraeorum
portantes ramos olivarum,
obviaverunt Domino,
clamantes et dicentes:
Hosanna in excelsis.
Claro que, dicen algunos que el
Latín es una "lengua muerta", por lo que podría y debería traducirse
al inglés, que es idioma universal, multinacional y cósmico:
The Hebrew children
bearing olive branches,
went forth to meet the Lord,
crying out and saying:
Hosanna in thr highest.
Y, si preciso fuera, o así lo
aconsejase la coyuntura internacional, oídos el Comité de Seguridad de Las
Naciones Unidas y el Consejo de la Unión Europea, podría traducirse también, no
sólo al coreano, sino también al japonés y al chino, al tibetano y al birmano,
sin perjuicio, en su caso, del sanscrito, del que se dice derivan casi todas
las lenguas indoeuropeas. Para mí, que soy español, en comunión lingüística,
cultural y espiritual con todas las personas de los pueblos que entienden y
hablan mi misma Lengua, la traducción que más me llega al alma es la que, del
texto de referencia, se puede efectuar al castellano:
Los niños de los Hebreos
salieron a recibir al Señor
con ramos de olivo en las manos,
clamando y diciendo:
Hosanna en las alturas.
Lo que no me parece objetivamente
razonable, sensato, lógico, respetuoso, ni tan siquiera "políticamente
correcto", es confundir, o lo que es peor identificar, el Domingo de Ramos
y la misteriosa Semana que éste abre, con la playa, la montaña, el, sol, el descanso,
las visitas a la familia y... las procesiones. Por no hablar de otras
actividades pragmáticamente propias de la ocasión y siempre indecorosas.
Por todo ello, no puedo dejar que
se ponga el sol sobre este primer día de Primavera, en el Hemisferio Norte, sin
que suene en este humilde Blog, una vez más, por si alguien deseara volver a
escucharla, la preciosa Antífona gregoriana (Modo I) "Pueri Hebraeorum
portantes", en las voces del Coro de Monjes del Monasterio Benedictino de
Santo Domingo de Silos (Burgos, España)
Luis Madrigal
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