DAME, SEÑOR, LA LUZ
¡Dame la Luz, Señor...!
Que he de andar en la noche,
tan oscura, Dios mío, y tan incierta.
Haz que mi alma, al fin de paz cubierta,
no merezca al juzgarme tu reproche.
Hazme sentir, ahora que estoy vivo,
la certerza que tú, Jesús, eres la vida
y, por ello, jamás sentir la herida
de mi muerte podré... Será festivo el día.
Hazme vivir, Señor, si yo sintiere
que nunca he de morir eternamente;
que siempre viviré, tan dulcemente,
si siempre, junto a ti, por ti muriere.
Luis Madrigal
1 comentario:
Hola Luis. ¿Todo bien??
Un abrazo.
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