LUCHAR PARA SALVAR
UNA HERMOSA FORMA DE GOBIERNO
UNA HERMOSA FORMA DE GOBIERNO
Primero fue su reelección en 1936. Entonces, la Cámara de Diputados de Francia adoptó por unanimidad la resolución parlamentaria de felicitarle y el diario Paris Soir, publicó literalmente: "Después de su brillante triunfo, el Presidente Roosevelt se ha convertido en el estadista en quien se cifrarán todas las esperanzas si la gran civilización liberal se ve amenazada por el bolchevismo o la autocracia..."
Pero ya, tres años antes, en 1930, Winston Churchill, había afirmado la misma idea de libertad concurrente en la misma persona, la de Franklin D. Roosevelt, al declarar:"Su impulso de libertad, producirá una vida más plena para las masas del pueblo en todos los países, y a medida que adquiera más brillantez, podrá eclipsar tanto las cárdenas llamas de la autoafirmación nórdica alemana como las funestas e irreales luces que vienen de la Rusia soviética."
Sin embargo, las palabras que quedaron grabadas en la mente y en el ánimo de personas de todo el mundo, fueron las del propio protagonista, aquel gran Campeón de la Libertad, pronuniadas, a través de la Radio de entonces, el día 27 de Junio de 1936, aceptando -además del cargo de Presidente de los Estados Unidos de América- otro desafío mucho mayor. El segundo Roosevelt, en la historia de la joven Nación, hizo vibrar las ondas al afirmar contundentemente: "En el fondo de mi corazón, creo que sólo nuestro triunfo puede despertar las antiguas esperanzas. Comienzan a saber que en Estados Unidos estamos realizando con éxito una gran guerra. No es tan sólo una guerra contra la necesidad, la miseria y la desmoralización económicas, sino que más que todo es una guerra por la supervivencia de la democracia. Estamos luchando para salvar una grande y preciosa forma de gobierno, tanto para nosotros como para el mundo entero..."
"¡Acepto el encargo -añadió finalmente- que me han hecho! ¡Me uno a ustedes y me comprometo por todo el tiempo que dure esa guerra!"
Ahora mismo, cuando tan sólo en virtud de la mentira y el engaño de un ser absolutamente vulgar e intelectualmente despreciable, en unión de su execrable cortejo de mujeronas de su misma o similar calaña, por su pura y simple estulticia, unida a la ambición propia de un verdadero psicópata, ha situado a España, al borde de aquella negra amenza contra la que luchaba Roosevelt, yo, insignificante peatón, también me uno a la misma lucha y, sin aceptar el menor cargo de nada, levanto mi débil voz para pedir a tantos españoles insignificantes como yo mismo, que se unan a esa misma y casi eterna lucha, por la verdad y por la libertad de nuestra Patria.
Luis Madrigal Tascón
https://youtu.be/yx2hlHq7b7U
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