sábado, 31 de mayo de 2008

HOY, TERMINA MAYO

Y, necesariamente, tiene que terminar con un canto a la Madre común y universal de todos los hombres, de todas las latitudes, de todas las razas, de todos los colores... Y tiene que terminar este dulce mes pidiéndole a Ella lo que todo hijo puede y debe pedir a toda madre:


TUS LABIOS MATERNALES, EN MI FRENTE

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¡Inmensa como el mar eres, María!,
que, de tu manto azul, su manto toma;
la nieve tu color, la flor tu aroma.
De tu fulgor, el sol, la luz del día.

Si de mis horas eres alegría,
cuando a mi corazón la pena asoma,
no me dejes si mi alma se desploma...
¡Guárdame entre tus brazos, Madre mía!

Si eres Madre, en regazo tan doliente,
del que siendo divino se hizo Hermano
y en tus brazos estuvo un día yacente,

pon tu mano también sobre mi mano;
tus labios maternales en mi frente,
que he de ver al Amor y... soy humano.



Alphonso CARBAJAL

AVE MARÍA
(Charles Gounod)

Kathleen Battle
Christopher Parkening



2 comentarios:

Alicia Abatilli dijo...

Hay post tuyos, Luis, que no puedo agregar nada más.
Todo estaría sobrando.
Me emocioné con tu decir.
Gracias por el tema que nos regalas, y el pasodoble también. Me recuerda a mi viejo querido cuando lo bailaba, no había otro mejor que él.
Un abrazo.
Alicia

Luis Madrigal Tascón dijo...

Alicia, lo que a mí me emociona es que recuerdes con cariño a tu padre y que éste bailase pasodobles... Me dice mi amigo -y desde luego también tuyo- Alphonso Carbajal, que él también se emocionó al escribir ese soneto a la Madre común de todos los mortales, aunque algunos no lo quieran, no lo sepan, o ambas cosas. Pero, Ella también les quiere, quizá más que a ningún otro de sus hijos. Gracias a tí, por visitar tan frecuentemente mi Blog y, sobre todo, por emocionarte también con ese soneto. Un beso.