PERO EL AGUA... NO OYÓ
No llovía pausado... ¡Diluviaba!
Los árboles, cargados, no podían
soportar tanto peso, no querían
beber más agua... Ya sed no quedaba.
Se retorcía el arroyo, que buscaba
encontrar otros cauces, que venían
de la altiva montaña, y que sentían
el turbulento vértigo que daba
el arrastrar, junto a su paso, todo
cuanto encontraba en su camino el brío
de desatadas aguas, con el lodo,
que a los humanos ojos, miedo y frío,
llenaban de terror y, de tal modo,
techo,casa,ganado... se fue al río.
Luis Madrigal
A los desdichados seres humanos que han perdido sus hogares y
cuanto tenían, por las crueles lluvias de Enero, con toda mi compasión
cuanto tenían, por las crueles lluvias de Enero, con toda mi compasión
3 comentarios:
Triste, desolador y bien contado.
Saludos.
Como dice Mercedes, efectivamente está bien contado.Pero me llena mas el alma el anterior "Se serena el alma", será que me gusta todo lo que le canta al amor?
Besotes.
Clau
Sí, fue y es muy triste, Mercedes, tú lo sabes muy bien. Claudia, el amor y el dolor son las dos caras de una misma moneda, ¿no crees? Un abrazo cariñoso a las dos. Muchas gracias por ocuparos de mí. Luis.-
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