martes, 13 de abril de 2010

INGENUA PERPLEJIDAD





¿POR QUÉ SERÁ?




Si el cielo, no es el mar,
¿por qué parecen, en el horizonte,
uno y otro el mismo,
inyectadas sus venas,
en sinérgico y solidario apoyo,
y en un cromatismo que acrisola
y depura su imagen,
vistiéndola del mismo manto?





Si el hielo no es la nieve
y de cristal parece,
sin copos de algodón,
¿por qué los dos cortan la sangre
hasta parar el movimiento
y, en las noches de cielos rasos,
hacen tiritar a la Luna,
que se asoma aterida a su balcón de plata,
sobre el mar gélido, herido por el frío?




 
Si el fuego y el calor,
no son lo mismo,
¿por qué, en el estío dormido,
suena, con nervioso y frenético estrépito,
una campana, de inquietos y angustiosos tañidos,
que llaman y congregan al esfuerzo
y hermanan el músculo con el agua,
para refrescar salvíficamente
al prado y al árbol,
librándolos de los estertores de la muerte?


Luis Madrigal




3 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Siempre sorprendiéndonos.
Fantástico post, Luis.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hermosa visión, con interrogante, de la vida y sus riquezas...
Bsos

Luis Madrigal Tascón dijo...

Gracias, Mercedes. Gracias Ginebra. Hay que buscar siempre las posibles sorpresas, o al menos tratar de que toda sorpresa sea agradable. Os recuerdo siempre con cariño. Luis.-