II
TAN SÓLO EL SOL ME ALUMBRA
No veo en un cristal, ni mi reflejo
se busca tras de mí, ni mi ojo alcanza.
No vivo para mí, ni la alabanza
me mira si no hay luz en un espejo.
No piso sin mirar, tomo el consejo
de quien su paso tiende a la bonanza;
camino y busco el fin, con la esperanza
del recto caminar, si no me alejo.
Ya voy, siempre nublado el horizonte,
vislumbrando entre brumas -eclipsado-
al Sol, aunque se oculte tras un monte.
Mas, me guía el silencio y el pasado,
que ayer quiso mostrar su faz bifronte,
me dice hoy que siempre he sido amado.
Y si anochece, abierta mi ventana,
del mismo modo lo seré mañana.
Luis Madrigal
3 comentarios:
Un bello soneto como siempre.
Un fuerte abrazo.
Hasta pronto.
MUY BELLA Y BRILLANTE SU POESÍA. ES UN PLACER VISITARLO.
UN ABRAZO
Luis,vengo del blog de Aida,mi amiga.Le agradezco ese soneto,que le ha dedicado y que a todos nos ha conmovido por su sensibilidad y elegancia.A si mismo le felicito por éste,que nos muestra,donde camina frente al sol con honestidad,amor y esperanza.
Mi gratitud y mi abrazo inmenso por su arte y amor a las letras.
M.Jesús
Publicar un comentario